MADRID 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) reanuda la campaña #Pideuncirujanoplastico para concienciar a los pacientes que se vayan a realizar una rinoplastia de la necesidad de informarse de la adecuada cualificación del profesional que se encargará de ella.
Tras viralizar esta campaña en 2016, haciendo referencia a la totalidad de las intervenciones vinculadas a la Cirugía Plástica, ahora en 2017 se centra en la rinoplastia, por encontrarse entre las más demandadas en España y por revestir cierta complejidad quirúrgica, que exige, precisamente, una formación específica como la que reciben los cirujanos plásticos.
Según las estadísticas de la SECPRE, la rinoplastia es, en concreto, la quinta intervención de Cirugía Plástica Estética más realizada en nuestro país. En torno a 1 de cada 10.000 españoles se somete a ella anualmente, siendo los pacientes más habituales los de edades comprendidas entre los 18 y los 45 años .
Si bien el número de rinoplastias practicadas a mujeres triplica casi a las realizadas a hombres, porcentualmente es una intervención más demandada por ellos que por ellas. De todas las operaciones de Cirugía Plástica Estética a las que se someten los hombres españoles, en torno al 14% corresponden a rinoplastias; por el contrario, del total de intervenciones a pacientes femeninas, las rinoplastias no llegan al 6%.
Por rinoplastia se entiende la cirugía que modifica la forma de la nariz, ya sea aumentando o disminuyendo su tamaño, cambiando la configuración de la punta o del dorso, estrechando los orificios nasales o remodelando el ángulo entre la nariz y el labio superior. También corrige malformaciones congénitas, traumatismos y algunos problemas respiratorios.
Por todo ello, además de la conveniencia de acudir a un Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora para una rinoplastia, la SECPRE aconseja comprobar que el lugar donde tendrá lugar ésta es un quirófano homologado de un centro hospitalario con las condiciones de seguridad adecuadas para una intervención que requiere, en la mayoría de las ocasiones, de anestesia general.
Antes de todo, concluyen, "paciente y médico especialista deben valorar conjuntamente los objetivos de la intervención, teniendo en cuenta el primero que la 'nariz perfecta' no existe, ya que las modas y los cánones de belleza cambian con el tiempo, y priorizando ambos, por tanto, los resultados naturales, es decir, proporcionados con el resto de la estructura anatómica facial".