MADRID 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
La administración precoz de metoprolol intravenoso mejora el pronóstico en caso de infarto agudo de miocardio, tal y como ha mostrado el estudio 'Impact of the timing of metoprolol administration during STEMI on infarct size and ventricular function', realizado por el Área del Corazón del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid.
Se trata de unos resultados que han confirmado las conclusiones apuntadas por el ensayo clínico 'METOCARD-CNIC' respecto de la administración de metoprolol intravenoso en pacientes con infarto agudo de miocardio antes de la reperfusión mediante angioplastia primaria. Así, se ha comprobado que cuanto mayor es el intervalo entre la administración de metoprolol y la reperfusión, menor es el tamaño del infarto y mejor la función contráctil del corazón, por lo que la administración del fármaco debe ser lo más precoz posible en caso de infarto.
Por otra parte, en el ensayo 'Early Intravenous Beta-Blockers in Patients With ST-Segment Elevation Myocardial Infarction Before Primary Percutaneous Coronary Intervention', se han reportado los resultados del estudio 'EARLY-BAMI', un ensayo clínico internacional en el que se evaluó el efecto de la administración de metoprolol intravenoso en el contexto del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST de cualquier localización.
Para realizar este trabajo, se reclutaron un total de 683 pacientes, aleatorizados a metoprolol o placebo antes de la reperfusión con angioplastia primaria. En la mayoría de los pacientes se utilizó resonancia cardiaca para medir el efecto sobre el tamaño del infarto.
Asimismo, el equipo de expertos ha realizado otros tres trabajos, publicados en 'Basic Research in Cardiology', en uno de los cuales se demostrado que la administración de fármacos agonistas de los receptores adrenérgicos Beta 3 redujeron las resistencias vasculares pulmonares y mejoraron la función del ventrículo derecho.
Se trata de un potencial tratamiento para pacientes con hipertensión pulmonar, una patología muy frecuente y con muy mal pronóstico. Este estudio sirve de base para un próximo ensayo clínico en pacientes, que ya está en proceso de diseño.
Asimismo, en un estudio observacional en una población de 100 pacientes con infarto agudo de miocardio revascularizado, observaron que la presencia de ácidos grasos Omega 3 de origen marino en sus glóbulos rojos se asoció con un tamaño del infarto más pequeño y una mejor función contráctil a largo plazo.
Estos Omega 3, que al igual que en los glóbulos rojos están presentes en las células del corazón provienen de la ingesta de pescado principalmente. Así, este estudio incide en la idea de que los ácidos grasos Omega 3 marinos son grasas cardiosaludables y pueden ayudar a preservar la función del corazón ante la aparición de un infarto de miocardio.
El último se trata de un documento de consenso sobre las miocardiopatías de las aurículas, realizado por los mayores expertos mundiales en la materia representando a las principales sociedades internacionales, focalizadas en las arritmias cardiacas. Es el primer documento que aborda el concepto de miocardiopatía auricular y define los conceptos básicos sobre sus características, clasificaciones e implicaciones clínicas.