MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los científicos han descubierto la vía celular que conduce a la artrosis y han identificado un antidepresivo de uso común, la paroxetina, que inhibe esta vía, con lo que podría convertirse en ser el primer tratamiento para esta enfermedad degenerativa y debilitante que afecta a las articulaciones, según publican en la revista 'Science Translational Medicine'.
El equipo descubrió que la paroxetina no solo ralentiza la degeneración del cartílago, sino que también promueve la salud del mismo tanto en ratones como en el cartílago humano in vitro.
"La artrosis destruye el cartílago articular y produce dolor y discapacidad --recuerda Fadia Kamal, profesora asistente de ortopedia y rehabilitación en la Facultad de Medicina de Penn State, en Estados Unidos--. Los pacientes viven con este dolor hasta que su cartílago está extremadamente degenerado".
"Desafortunadamente, una cirugía invasiva de reemplazo de articulaciones artificiales es el único tratamiento que los ortopedistas pueden ofrecer actualmente --prosigue--. Ha habido una necesidad imperiosa de identificar nuevos objetivos terapéuticos, enfoques o agentes que puedan activamente detener o revertir el proceso de la artrosis".
En una investigación anterior, Kamal y sus colegas encontraron que la expresión y actividad elevadas de la enzima quinasa 2 del receptor acoplado a proteína G (GRK2) conduce al crecimiento celular patológico en enfermedades cardíacas y renales.
Kamal explica que la artrosis es impulsada de manera similar por el crecimiento patológico de las células del cartílago, un proceso llamado hipertrofia de condrocitos, pero cómo ocurre esta proliferación era un misterio.
Dado su conocimiento del papel de GRK2 en la enfermedad cardíaca y renal, Kamal y su equipo decidieron investigar la enzima en pacientes. Descubrieron que los que tenían artrosis o lesión aguda en la articulación tenían niveles altos de GRK2 en sus células cartilaginosas o condrocitos.
"Descubrimos un papel central para GRK2 en la degeneración del cartílago, donde GRK2 empuja a los condrocitos a destruir la matriz del cartílago que los rodea en lugar de reponerla y mantenerla --explica Kamal--. En otras palabras, las células reciben una mala señal para destruir el cartílago".
Los investigadores confirmaron el papel de la GRK2 en la degeneración del cartílago en dos experimentos: en uno, llevaron a cabo una supresión genética de la GRK2 de las células del cartílago en ratones, y en el otro, administraron paroxetina -un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) aprobado por la FDA que es un potente inhibidor de la GRK2- a los ratones. En ambos casos, comprobaron que la supresión de la GRK2 no sólo impedía la hipertrofia de los condrocitos y detenía la progresión de la artrosis, sino que también fomentaba la regeneración del cartílago.
"Descubrimos que la paroxetina podría devolver las células del cartílago a un estado normal y preservar la superficie del cartílago", destaca Kamal.
En otros experimentos con cartílago artrósico humano cultivado, obtenido de pacientes sometidos a cirugía de reemplazo de rodilla, el equipo también confirmó la capacidad de la paroxetina para mitigar la hipertrofia de condrocitos y la degradación del cartílago.
"Nuestros hallazgos presentan una señalización elevada de GRK2 en los condrocitos como un impulsor de la hipertrofia de los condrocitos y la degradación del cartílago e identifican a la paroxetina como un fármaco modificador de la enfermedad para el tratamiento de la artrosis", señala Kamal.
Actualmente, el equipo está buscando la aprobación de la FDA para un nuevo ensayo de este medicamento para tratar la artrosis. "Si este ensayo funciona, habremos encontrado una nueva solución a un antiguo problema de desgaste de las articulaciones del cuerpo debido a la destrucción y pérdida del cartílago --señala Kamal--. Esperamos intervenir con este tratamiento modificador de la enfermedad en beneficio de nuestros pacientes".