MADRID 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
En un estudio histórico publicado en 'Science Advances', el doctor Shai Bel y su equipo de investigación de la Facultad de Medicina Azrieli de la Universidad Bar-Ilan (Israel) han descubierto conocimientos cruciales sobre cómo el uso de antibióticos aumenta el riesgo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
El estudio demuestra que los antibióticos interfieren con la capa protectora de moco en el intestino, un descubrimiento que podría cambiar nuestra comprensión de los efectos de los antibióticos y el desarrollo de la EII.
A pesar de las investigaciones en curso, las causas exactas de la enfermedad inflamatoria intestinal siguen sin estar claras. Sin embargo, estudios anteriores han indicado un vínculo entre el uso de antibióticos y un mayor riesgo de desarrollar enfermedad inflamatoria intestinal. La última investigación del doctor Bel arroja nueva luz sobre esta asociación. "Hemos descubierto que el uso de antibióticos en realidad daña la capa protectora de moco que separa el sistema inmunológico en el intestino del microbioma", resume. El estudio de su equipo revela que los antibióticos, ya sea administrados por vía oral o por inyección, alteran esta capa de moco vital, facilitando la penetración bacteriana y aumentando el riesgo de inflamación intestinal.
Utilizando técnicas avanzadas como la secuenciación de ARN, el aprendizaje automático y la medición de la secreción de moco, los investigadores examinaron los efectos de los antibióticos utilizando modelos de ratones. El estudio descubrió que los antibióticos impiden la secreción de moco protector, lo que conduce a la infiltración bacteriana, la replicación sistémica de antígenos bacterianos y el desarrollo de úlceras, características distintivas de la EII.
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es que el impacto de los antibióticos sobre la barrera mucosa no se debe a alteraciones en el microbioma, sino que afecta a las células de la pared intestinal responsables de la producción de moco. "Este hallazgo rompe con el paradigma de que los antibióticos dañan sólo a las bacterias y no a nuestras propias células", muestra su sorpresa el doctor Bel.
Como próximo paso, el equipo de investigación planea explorar posibles tratamientos que podrían mitigar los efectos adversos de los antibióticos en la secreción de moco. Estos hallazgos no solo mejoran nuestra comprensión de la EII, sino que también subrayan la necesidad de considerar cuidadosamente el uso de antibióticos y sus implicaciones más amplias para la salud intestinal.