MADRID, 9 Ago. (EDIZIONES) -
Aunque a veces los empleemos indistintamente no son lo mismo un fármaco y un medicamento, pero tampoco un principio activo. Para entenderlo, pedimos ayuda en este artículo de Infosalus al Grupo de Trabajo de Seguridad del paciente, de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC).
Primero, apuntan que un fármaco y un principio activo son sinónimos, "son el constituyente principal del medicamento", y responsables de ejercer una acción en el usuario que lo consume. Ponen de ejemplo los siguientes que prácticamente todo el mundo conoce: Omeprazol; ibuprofeno; paracetamol; fentanilo; simvastatina.
"El principio activo, o sustancia activa, es toda sustancia o mezcla de sustancias destinadas a la fabricación de un medicamento; un componente activo de dicho medicamento, destinado a ejercer una acción farmacológica, inmunológica, o metabólica, con el fin de restaurar, corregir o modificar las funciones fisiológicas, o de establecer un diagnóstico", aclaran. Puede variar su origen (humano, animal, vegetal, químico o de otro tipo), según prosiguen.
De esta manera, añaden que un medicamento está constituido por el principio activo y por los excipientes, sustancias que, en cambio, no tienen actividad terapéutica, pero sí "un papel fundamental" en la preparación, conservación, y administración del medicamento.
"Por lo tanto, un medicamento es toda sustancia o combinación de sustancias adaptadas a una forma farmacéutica adecuada (comprimidos, cápsulas, parches, jarabes, pomadas, entre otras), que se presenta como poseedora de propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades. Se administra con el fin de restaurar, corregir o modificar las funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica, inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico médico", agregan desde SEFAC.
UNA RECETA POR PRINCIPIO ACTIVO
Hoy en día algunos facultativos prescriben recetas por principio activo, sin saber muy bien con qué nos referimos a esto. Se lo preguntamos a los miembros de este grupo de trabajo de SEFAC y explican que, cuando un medicamento se prescribe por principio activo, el médico elabora la receta indicando el nombre de la sustancia responsable de ejercer la acción farmacológica, sin utilizar un nombre comercial, o 'de fantasía', que es otra forma de llamar al nombre que se le da al medicamento conocido como 'marca'. "Esta prescripción da libertad a elegir entre todos los laboratorios que elaboran el medicamento con el principio activo prescrito por el médico", subraya.
Con ello, remarcan estos farmacéuticos que la importancia de los principios activos dentro de la composición de un medicamento radica en que son los responsables de la acción; "son la parte del medicamento que presenta propiedades para tratar o prevenir una enfermedad".
La prescripción por principio activo es "totalmente segura", según destacan, al tiempo que valoran que hoy en día esta práctica representa una ventaja para el paciente y para los profesionales sanitarios, ya que el nombre del principio activo es común, facilitando el reconocimiento por parte del paciente, y facilita un acceso más rápido al conocimiento científico por parte del profesional sanitario.
"El nombre del principio activo es una terminología que prácticamente es común en todo el mundo. Todos los principios activos comparten algún prefijo o sufijo con otros principios activos con su misma actividad farmacológica, por lo que son rápidamente reconocibles. Permite, además, a la hora de dispensar, seleccionar un medicamento u otro dentro de los que tienen el mismo principio activo, en función, por ejemplo, de si el paciente es alérgico a algún excipiente", mantienen estos farmacéuticos.
¿TODOS SON IGUAL DE EFICACES?
Por otro lado, les cuestionamos sobre el hecho de si todos los medicamentos comercializados con el mismo principio activo, concentración, y forma farmacéutica son iguales en eficacia y seguridad, a lo que aseguran que sí, argumentando que, para ser comercializado un medicamento, ya sea por principio activo o por marca, han de pasar los mismos controles de calidad.
"En cuanto a la eficacia, ha de estar demostrada de manera científica mediante estudios de Bioequivalencia/biodisponibilidad, frente al medicamento de marca o referencia. Es decir, dos medicamentos con el mismo principio activo se consideran bioequivalentes cuando, tras la administración de una misma dosis en idénticas condiciones, presentan una biodisponibilidad similar, la concentración de principio activo, y la velocidad con la que se absorbe son muy similares", remarca.
UN APUNTE SOBRE LOS GENÉRICOS
En último lugar, desde el Grupo de Trabajo de Seguridad del paciente, de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria realizan un apunte sobre los medicamentos genéricos, indicando que hay quien dice que los medicamentos genéricos son peores que los medicamentos de marca porque pueden tener hasta un 20% menos de principio activo que el medicamento original de referencia. ¿Esto es cierto?
"La realidad es que tienen la misma cantidad de principio activo, lo que puede variar hasta un 20% es la biodisponibilidad como hemos comentado anteriormente. La velocidad con la que se absorbe una misma concentración de principio activo y se hace disponible en el lugar de acción. Los estudios han demostrado que este intervalo no tiene ninguna relevancia clínica y, aunque se admita hasta el 20% en la mayoría de los casos, no supera el 4-5%", concluyen estos expertos.