MADRID, 8 Mar. (EDIZIONES) -
¿Todos los medicamentos una vez abiertos deben ser desechados después de su uso? Es frecuente que al abrir uno nos preguntemos qué es lo que podemos hacer con él si aún no lo hemos terminado. Con ayuda de Rosa Prats, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), damos los pasos a seguir ante este tipo de situaciones.
Esta experta afirma que no todos los medicamentos abiertos se deben tirar, sino que hay algunos que sí pueden guardarse para futuras ocasiones: "Antes de tomar cualquier medicación se debe comprobar su fecha de caducidad y leer atentamente el prospecto. En muchas ocasiones viene indicado cuánto tiempo puede estar abierto el envase sin que se alteren las propiedades del medicamento; tiempo que suele variar de unos medicamentos a otros".
Precisa esta farmacéutica que es recomendable conservar los medicamentos en su envase original y su prospecto en estos casos, así como anotar en la caja del medicamento la fecha en que se ha abierto. "Así sabrá si puede o no volver a utilizarlo y, por seguridad, antes de tomar de nuevo un medicamento hay que consultar con el médico o el farmacéutico", apostilla.
Considera Prats que si nos sobran medicamentos, dependiendo de la patología y del tipo que sean, lo idóneo sería no guardarlos por no caer en el error de autodiagnosticarnos erróneamente o automedicarnos sin necesidad, o de manera innecesaria.
"Sin embargo, sí que es conveniente tener un pequeño botiquín casero que contenga algún analgésico, antitérmico, antidiarreico, antiácido, suero oral, productos para picaduras de insectos y pomadas para las quemaduras, así como material de cura: antiséptico, gasas, algodón, esparadrapo, tiritas, y por supuesto un termómetro", añade.
LA MEJOR MANERA DE CONSERVAR LOS MEDICAMENTOS EN CASA
Así con todo, la miembro de SEFAC recuerda que el lugar más adecuado para guardar los medicamentos en casa sería un espacio cerrado, seco y fresco, que no supere los 25 grados de temperatura, y en el cual poder almacenar adecuadamente los medicamentos y el material de cura (gasas, vendas, curas). "Por ejemplo, podría ser útil algún cajón de los armarios de alguna habitación; y nunca en el baño o en la cocina", precisa.
Sobre los que deben conservarse en el frigorífico, esta farmacéutica señala que los 'medicamentos termolábiles (con el signo *)' deben refrigerarse entre los 2 y los 8 grados centígrados, por lo que el lugar más adecuado es el cajón central de la nevera: "Sabemos que la puerta y la parte superior son las que menos enfrían y según se va descendiendo enfría cada vez más. La parta baja, y si está la opción de un cajón siempre es mejor, sería la mejor pues al abrir y cerrar la nevera estos compartimentos no se ven afectados por cambios de temperatura".
Además, sostiene la miembro de SEFAC que es importante dejar espacio entre los alimentos para que el aire de refrigeración circule bien y la distribución de temperatura no se vea afectada. "Si tienes que regular el termostato recuerda que de 1 a 5 enfría más en el 5", subraya Rosa Prats.
ESPECIAL ATENCIÓN CON LOS ANTIBIÓTICOS
A juicio de esta especialista mención especial debe hacerse con los antibióticos, y la importancia de tomar completamente el tratamiento antibiótico: "Según la Organización Mundial de la Salud, la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria, y el desarrollo".
Por eso, según insiste, interrumpir el tratamiento con antibióticos produce resistencia, y esta hace que el medicamento ya no tenga efectos en el paciente. "Por ello, es muy importante cumplir con el tratamiento antibiótico prescrito (para ello existen los envases con distinto número de comprimidos en función de la duración del tratamiento)", apunta.
Dice, además, que si al finalizarlo quedan aún algunas unidades es recomendable su retirada al punto Sigre, ya que su incorrecta eliminación puede contribuir también a la creación de bacterias resistentes.
¿Y SI NO VOY A TOMAR MÁS EL MEDICAMENTO?
Por otro lado, preguntamos a la coordinadora de los grupos de trabajo de SEFAC qué tenemos que hacer con un medicamento abierto y que no vamos a tomar más, o que está caducado. Rosa Prats sostiene en este sentido que lo adecuado es llevarlos al punto Sigre de la farmacia más cercana, y nunca tirarlos a la basura, ya que son altamente contaminantes para el medio ambiente.
"Todos los medicamentos se pueden reciclar, independientemente de si son comprimidos, jarabes, pomadas, grageas, etc. En ningún caso se deben mezclar con la basura de casa o tirar por el desagüe, ya que se debe gestionar de manera específica", remarca la vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria.