MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
La vacuna COVID-19 debería ser gratuita para todos los habitantes de la India, a fin de aumentar su uso y reducir el número de muertes por esta infección, según recomiendan los expertos en un comentario publicado en la revista 'BMJ Global Health'.
Los autores del Instituto Nacional de Investigación sobre la Malaria (ICMR) y del Consejo Indio de Investigación Médica afirman que debería acelerarse la aprobación de las vacunas extranjeras ya utilizadas en otros lugares del mundo.
India es el país que registra el mayor número diario de infecciones por COVID-19 del mundo, en un contexto de escasez crítica de camas de hospital, camas de UCI, medicamentos, ventiladores, oxígeno y personal sanitario.
A pesar de la ayuda internacional que llega al país y de la autorización de uso de emergencia de varias vacunas, la mala planificación de la producción y el despliegue de las vacunas nacionales hace que India no tenga suficientes vacunas para todos, dicen los autores. Sólo se ha vacunado a alrededor del 3% de la población.
Aunque hay planes para aumentar considerablemente la producción de las vacunas 'Covaxin' y 'Covishield', es posible que este año no se alcance el objetivo de vacunar a unos mil millones de personas, advierten los autores.
"Como se espera que cualquier protección conferida por la vacuna COVID-19 tarde al menos dos semanas después de las dos dosis, y con una gran demanda, India necesitará muchas más fuentes de vacunas en los próximos días y semanas para frenar el actual repunte de las infecciones", escriben.
Inicialmente, la vacunación contra el Covid-19 sólo estaba disponible en los hospitales y centros gubernamentales, de forma gratuita, pero para ampliar la cobertura, el gobierno ha permitido que los hospitales privados vacunen.
Estos cobran entre 3 y 15 dólares (entre 2,45 y 12,25 euros), lo que significa que muy pocas personas pueden permitirse este coste. "Por lo tanto, para frenar el COVID-19, las vacunas deben ser gratuitas para todos en la India", insisten los autores.
Otra complicación es que, cuando el gobierno indio decidió rebajar los criterios de edad para la vacuna, adquirió el 50% de las vacunas para sus 36 estados específicamente para los mayores de 45 años, mientras que la otra mitad debía ser adquirida por los gobiernos estatales y los hospitales privados para los mayores de 18-44 años.
Por tanto, los gobiernos estatales han tenido que negociar ellos mismos los costes, que son más elevados que los negociados por el gobierno. "La diferencia de precios puede ser perjudicial para la salud pública en este momento de grave crisis en la India", creando una distribución no equitativa y provocando potencialmente la desconfianza del público, argumentan.
"Para que la India frene el Covid-19, la nación no puede permitir ningún enfoque diferencial para sus residentes", escriben.
Y en un intento de crear una infraestructura de registros de vacunación para adultos y garantizar que no se pierda nadie, el gobierno indio ha ordenado la preinscripción a través de una aplicación móvil. Pero sólo un tercio de los habitantes de las zonas rurales tiene conexión a Internet, señalan los autores. Una simple tarjeta de vacunación podría ser una mejor opción, sugieren.
El gobierno indio ha destinado unos 120 millones de dólares (unos 98 millones de euros) a la investigación de la vacuna contra el virus Covid-19, la mayor parte de los cuales se utiliza para aumentar la producción de vacunas, y el resto se invierte en nuevas candidatas a vacunas, incluidas las que se aplican a cepas variantes.
"Sin embargo, la financiación prometida por el gobierno dista mucho de ser adecuada --advierten los autores--. Esto será preocupante en los casos en que se requiera una tercera vacuna de refuerzo. Por lo tanto, India necesita un corpus de fondos para lo anterior que cubra todas las eventualidades futuras del despliegue de la vacuna", argumentan.
"Es posible que India tenga que reajustar sus estrategias de vacunación, mejorar el nivel de competencia de la gestión de la pandemia y estimular la maquinaria burocrática para que la equidad de las vacunas pueda alcanzarse en un plazo muy breve", concluyen.