MADRID 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), en Estados Unidos, han desarrollado una nueva forma de enriquecer los alimentos con vitamina A, que esperan pueda contribuir a mejorar la salud de millones de personas en todo el mundo, según publican en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
La carencia de vitamina A es la principal causa de ceguera en el mundo y, en casos graves, puede ser mortal. Alrededor de un tercio de la población mundial de niños en edad preescolar padece esta carencia vitamínica, que es más frecuente en el África subsahariana y el sur de Asia.
En el nuevo estudio los investigadores demostraron que encapsular la vitamina A en un polímero protector impide que el nutriente se descomponga durante la cocción o el almacenamiento.
"La vitamina A es un micronutriente muy importante, pero es una molécula inestable --explica Ana Jaklenec, investigadora del Instituto Koch de Investigación Integral del Cáncer del MIT--. Queríamos ver si nuestra vitamina A encapsulada podía enriquecer un vehículo alimentario como los cubitos de caldo o la harina, a lo largo del almacenamiento y la cocción, y si la vitamina A podía permanecer biológicamente activa y ser absorbida".
En un pequeño ensayo clínico, los investigadores demostraron que cuando las personas comían pan enriquecido con vitamina A encapsulada, la biodisponibilidad del nutriente era similar a cuando consumían vitamina A sola. La tecnología se ha licenciado a dos empresas que esperan desarrollarla para su uso en productos alimentarios.
"Es un estudio que entusiasma a nuestro equipo porque demuestra que todo lo que hicimos en tubos de ensayo y animales funciona con seguridad y eficacia en humanos --afirma Robert Langer, catedrático del Instituto David H. Koch del MIT y miembro del Instituto Koch--. Esperamos que esto abra la puerta a ayudar algún día a millones, si no miles de millones, de personas en el mundo en desarrollo".
La vitamina A es fundamental no sólo para la visión, sino también para el funcionamiento del sistema inmunitario y órganos como el corazón y los pulmones. Los intentos de añadir vitamina A al pan o a otros alimentos como los cubitos de caldo, de consumo habitual en los países de África Occidental, han sido en gran medida infructuosos porque la vitamina se descompone durante el almacenamiento o la cocción.
En un estudio de 2019, el equipo del MIT demostró que podía utilizar un polímero llamado BMC para encapsular nutrientes, entre ellos hierro, vitamina A y varios otros. Demostraron que esta capa protectora mejoraba la vida útil de los nutrientes, y que las personas que consumían pan enriquecido con hierro encapsulado podían absorber el hierro.
El BMC está clasificado por la FDA como "generalmente considerado seguro", y ya se utiliza en recubrimientos para medicamentos y suplementos dietéticos. En el nuevo estudio, los investigadores se centraron en el uso de este polímero para encapsular vitamina A, un nutriente muy sensible a la temperatura y a la luz ultravioleta.
Mediante un proceso industrial conocido como proceso de disco giratorio, los investigadores mezclaron la vitamina A con el polímero para formar partículas de 100 a 200 micras de diámetro. También recubrieron las partículas con almidón, que impide que se peguen entre sí.
Los investigadores descubrieron que la vitamina A encapsulada en las partículas de polímero era más resistente a la degradación por luz intensa, altas temperaturas o agua hirviendo. En esas condiciones, quedaba mucha más vitamina A activa que cuando la vitamina A estaba libre o cuando se suministraba en una forma llamada VitA 250, que es actualmente la forma más estable de vitamina A utilizada para el enriquecimiento de alimentos.
Los investigadores también demostraron que las partículas encapsuladas podían incorporarse fácilmente a la harina o a los cubitos de caldo. Para comprobar su capacidad de almacenamiento a largo plazo, los investigadores expusieron los cubitos a condiciones extremas, como recomienda la Organización Mundial de la Salud: 40 grados Celsius y 75% de humedad. En esas condiciones, la vitamina A encapsulada era mucho más estable que otras formas de vitamina A.
"La mayor estabilidad de la vitamina A con nuestra tecnología puede garantizar que los alimentos enriquecidos con vitamina A proporcionen la ingesta diaria recomendada de vitamina A, incluso después de un almacenamiento prolongado en un entorno húmedo y caliente, y de procesos de cocción como hervir u hornear", afirma Wen Tang, autor prinipal de estudio, antiguo postdoctorado del MIT y actual profesor asociado de la Universidad Tecnológica del Sur de China.
"Las personas que sufren carencia de vitamina A y quieren obtenerla a través de alimentos enriquecidos se beneficiarán de ello sin cambiar sus rutinas diarias y sin preguntarse cuánta vitamina A hay todavía en su organismo", asegura.
Cuando los investigadores cocinaron sus partículas encapsuladas y luego se las dieron de comer a los animales, descubrieron que se absorbía el 30 por ciento de la vitamina A, lo mismo que la vitamina A libre sin cocinar, en comparación con alrededor del 3 por ciento de la vitamina A libre que había sido cocinada.
En colaboración con Biofortis, una empresa que realiza ensayos clínicos dietéticos, los investigadores evaluaron la absorción de vitamina A en personas que consumían alimentos enriquecidos con las partículas.
Para este estudio, los investigadores incorporaron las partículas al pan y luego midieron los niveles de vitamina A en sangre durante un periodo de 24 horas después de consumir el pan. Comprobaron que cuando la vitamina A se encapsulaba en el polímero BMC, se absorbía del alimento a niveles comparables a los de la vitamina A libre, lo que indica que se libera fácilmente en forma bioactiva.