MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
Seguir una dieta Atkins modificada alta en grasas y baja en carbohidratos unida a la medicación puede reducir los ataques en personas con epilepsia difícil de tratar, según un estudio publicado online en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
"Para las personas con epilepsia resistente a los fármacos, o aquellas que no han podido encontrar un tratamiento eficaz para reducir las convulsiones, es alentador ver que hay cambios en el estilo de vida que pueden combinarse con la terapia farmacológica estándar para reducir el número de convulsiones --explica el autor del estudio Manjari Tripathi, del All India Institute of Medical Sciences en Nueva Delhi--. Nuestro estudio descubrió que esta combinación puede reducir a más de la mitad la probabilidad de sufrir convulsiones".
La dieta Atkins modificada es una combinación de la dieta Atkins y una dieta cetogénica que incluye alimentos como productos de soja, nata espesa, mantequilla y aceites, verduras de hoja verde y proteínas animales como huevos, pollo, pescado y beicon. Aunque la dieta cetogénica ha demostrado ser eficaz para reducir las convulsiones, sus estrictos requisitos y restricciones pueden dificultar su seguimiento.
En el estudio participaron 160 adultos y adolescentes que padecían epilepsia desde hacía más de 10 años de media y sufrían al menos 27 crisis al mes a pesar de haber probado una media de cuatro medicamentos anticonvulsivos a la dosis máxima tolerada. Se les asignó aleatoriamente a recibir tratamiento farmacológico estándar solo o fármacos más la dieta Atkins modificada durante seis meses.
Los participantes registraron sus convulsiones y comidas. Recibieron listas de alimentos, menús de muestra y recetas. La ingesta de carbohidratos se limitó a 20 gramos al día. Las directrices dietéticas federales recomiendan entre 225 y 325 gramos de carbohidratos al día.
Después de seis meses, los investigadores descubrieron que el 26% de las personas que seguían tanto la terapia farmacológica como la dieta Atkins modificada presentaban una reducción de más del 50% en las convulsiones, en comparación con sólo el 3% de las personas que seguían únicamente la terapia farmacológica. Cuatro personas del grupo de la dieta habían dejado de tener convulsiones al final del estudio, mientras que ninguna persona del grupo de sólo medicación había dejado de tener convulsiones.
El estudio también analizó la calidad de vida, el comportamiento y los efectos secundarios a los seis meses. El grupo que recibió tratamiento farmacológico y siguió la dieta Atkins modificada mostró una mejora en todas las áreas en comparación con el grupo que sólo recibió tratamiento farmacológico.
Tripathi señala que el 33% de los participantes no completó el estudio debido a una mala tolerancia de la dieta, a la falta de beneficios o a la imposibilidad de realizar el seguimiento en parte debido a COVID-19. Sin embargo, Tripathi asegura que la tolerancia de la dieta Atkins modificada fue mejor que la observada con la dieta cetogénica.
"Aunque la dieta Atkins modificada puede ser un tratamiento eficaz para controlar las convulsiones, es necesario seguir investigando para identificar biomarcadores genéticos y otros factores asociados a la respuesta a esta dieta --añade--. Esto podría mejorar la atención al paciente fomentando un uso más temprano de esta dieta basado en la precisión".