MADRID 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (WashU) y la Universidad Northwestern en Chicago (ambas en Estados Unidos) ha desarrollado un dispositivo que puede rescatar a personas de una sobredosis de opioides.
Tal y como se publica en 'Science Advances', estudios realizados con animales, los investigadores descubrieron que el dispositivo implantable detecta una sobredosis, administra rápidamente naloxona para evitar la muerte y puede alertar a los servicios de emergencia.
Actualmente la opción más utilizada es la naloxona, que se vende sin receta en forma de aerosol nasal o inyectable, salva vidas al restablecer rápidamente la respiración normal durante una sobredosis, su administración requiere de un testigo informado, lo que limita su potencial para salvar vidas. "La naloxona ha salvado muchas vidas", recuerda Robert W. Gereau, profesor de Anestesiología y director del Centro de Medicina del Dolor de WashU .
"Pero durante una sobredosis, las personas suelen estar solas y no pueden darse cuenta de que están sufriendo una sobredosis. Si hay otra persona presente, necesitan tener acceso a la naloxona (también conocida como Narcan) y necesitan saber cómo usarla en cuestión de minutos. Identificamos una oportunidad para salvar más vidas al desarrollar un dispositivo que administra rápidamente naloxona a personas en riesgo sin intervención humana".
Los investigadores trabajaron con expertos en ingeniería y ciencias de los materiales dirigidos por John A. Rogers, profesor de ciencia e ingeniería de materiales, ingeniería biomédica y cirugía neurológica en la Universidad Northwestern, para desarrollar un dispositivo, el naloxímetro, que utiliza una caída en los niveles de oxígeno como señal de una posible sobredosis. La sobredosis de opioides provoca una respiración lenta y superficial. Minutos después de que los fármacos comienzan a afectar la función respiratoria, la respiración se detiene. El naloxímetro, que se implanta debajo de la piel, detecta el oxígeno en los tejidos circundantes y envía una notificación de advertencia a una aplicación móvil si los niveles caen por debajo de un umbral. Si el usuario no interrumpe el proceso de rescate en 30 segundos, el dispositivo libera la naloxona almacenada.
Los investigadores implantaron el dispositivo en el cuello, el pecho o la espalda de animales pequeños y grandes. El dispositivo detectó signos de sobredosis al minuto de que cayeran los niveles de oxígeno, y todos los animales se recuperaron por completo al cabo de cinco minutos de recibir naloxona de los dispositivos.
La naloxona desplaza a los opioides dañinos de los receptores en la superficie de las células cerebrales, alterando la actividad de las células. Pero el fármaco no permanece en el organismo; cuando los opioides vuelven a ocupar y reactivan los receptores, los síntomas de sobredosis pueden volver a aparecer. Para brindar apoyo adicional, el dispositivo transmite una alerta de emergencia a los servicios de emergencia.
"Un beneficio adicional de llamar a los servicios de emergencia es que ayuda a las personas a volver a comunicarse con los proveedores de atención médica", segura el doctor español José Moron-Concepcion, profesor de Anestesiología en WashU Medicine y autor del estudio. "Queremos evitar que las personas mueran por sobredosis y también reducir el daño de los opioides ayudando a las personas a acceder a los recursos y tratamientos para prevenir futuras sobredosis".
Los investigadores obtuvieron una patente (con ayuda de la Oficina de Gestión Tecnológica de la Universidad de Washington) para proteger la propiedad intelectual del dispositivo. Están desarrollando la tecnología y al mismo tiempo buscando socios industriales para preparar el despliegue a mayor escala y probar el dispositivo en ensayos clínicos con personas.
"El naloxímetro es una plataforma de prueba de concepto que no se limita a la crisis de los opioides", añade Joanna Ciatti, estudiante de posgrado en el laboratorio de Rogers. "Esta tecnología tiene implicaciones de largo alcance para quienes se ven amenazados por otras afecciones médicas emergentes, como la anafilaxia o la epilepsia. Nuestro estudio sienta las bases para una futura aplicación clínica. Esperamos que otros en el campo puedan aprovechar estos hallazgos para ayudar a que los dispositivos de rescate autónomos se conviertan en realidad".