Dosis más altas de buprenorfina se asocian a una mejor retención en el tratamiento por consumo de opiáceos

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Publicado: miércoles, 20 septiembre 2023 7:06

MADRID 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las personas con trastorno por consumo de opiáceos a los que se les prescribió una dosis más baja de buprenorfina tenían un 20% más de probabilidades de interrumpir el tratamiento que aquellos con una dosis más alta, según un estudio de pacientes a los que se les prescribió buprenorfina en Rhode Island (Estados Unidos) entre 2016 y 2020, a medida que el fentanilo se volvía ampliamente disponible, publicado en la revista 'JAMA Network Open'.

Entre los pacientes que iniciaban por primera vez un tratamiento con buprenorfina para el trastorno por consumo de opiáceos, el 59% de los que recibieron la dosis diaria objetivo de 16 miligramos recomendada por la FDA y el 53% de los que recibieron la dosis diaria superior de 24 mg interrumpieron el tratamiento en un plazo de 180 días.

Un análisis estadístico que permitió la comparación multivariable de estos dos grupos de dosis mostró que los pacientes a los que se prescribió la dosis recomendada (16 mg) tenían una probabilidad significativamente mayor de interrumpir el tratamiento en 180 días en comparación con los que recibieron 24 mg.

Los medicamentos para el trastorno por consumo de opiáceos, como la buprenorfina, pueden contribuir de forma segura y eficaz a reducir el consumo de opiáceos y las sobredosis, así como a la recuperación, al disminuir el deseo de consumir opiáceos y aliviar los síntomas de abstinencia.

Estos resultados se basan en las pruebas acumuladas sobre la seguridad y eficacia de dosis más altas de buprenorfina. Los estudios han demostrado que más de 16 mg de buprenorfina son seguros y bien tolerados por las personas con trastornos por consumo de opiáceos en los servicios de urgencias y en los tratamientos ambulatorios.

"Un tratamiento eficaz puede salvar vidas, pero nuestros tratamientos de eficacia probada para los trastornos por consumo de opiáceos deben evolucionar para adaptarse a los retos que plantea la crisis del fentanilo", -explica la doctora Nora Volkow, directora del el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, que apoyó el estudio.

Señala que, "si la ciencia sigue demostrando que una dosis más alta de buprenorfina aumenta la retención en el tratamiento, debemos reevaluar las directrices clínicas para optimizar el tratamiento y ayudar a las personas a lograr la recuperación".

En 2021, de las casi 107.000 muertes por sobredosis registradas en Estados Unidos, más de 70.000 se debieron principalmente al fentanilo, un opioide sintético aproximadamente 50 veces más potente que la heroína.

La ubicuidad del fentanilo en el suministro de drogas y el consiguiente aumento de la tasa de muertes por sobredosis han planteado preguntas sobre si las directrices de dosificación existentes para la buprenorfina deben modificarse para abordar mejor los desafíos únicos planteados por un opioide tan potente.

Actualmente, el etiquetado aprobado por la FDA establece que las dosis de mantenimiento deben oscilar entre 4 mg y 24 mg, con una dosis objetivo recomendada de 16 mg al día para la mayoría de los pacientes. Las dosis recomendadas para el tratamiento también pueden variar mucho en función de las necesidades individuales y la respuesta a la medicación.

En este estudio, los investigadores examinaron retrospectivamente los datos de una población estatal de 6.499 residentes de Rhode Island que iniciaron buprenorfina como parte del tratamiento para el trastorno por consumo de opioides entre 2016 y 2020, un período de aparición y predominio del fentanilo.

El objetivo era estimar la asociación entre la dosis diaria de buprenorfina de los pacientes y la retención en el tratamiento durante 180 días, un marco de tiempo que se alinea con el período mínimo de tratamiento considerado por los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid de los Estados Unidos para medir la continuidad del tratamiento para el trastorno por consumo de opioides.

La mayoría de los pacientes tenían entre 25 y 44 años, eran varones y tenían seguro privado o de Medicaid. Al inicio del tratamiento con buprenorfina, aproximadamente al 21% (1.343 pacientes) se le prescribieron 8 mg, al 50% (3.264 pacientes) 16 mg y al 10% (668 pacientes) 24 mg. No se pudo analizar a los pacientes a los que se prescribió más de 24 mg debido al escaso número (0,2%, o 15 pacientes) a los que se prescribió tales dosis durante el periodo de estudio.

Los pacientes a los que se prescribió una dosis de 24 mg de buprenorfina permanecieron en tratamiento durante más tiempo que los que recibieron la dosis de mantenimiento recomendada de 16 mg. Un análisis estadístico mostró que este último grupo tenía un 20% más de probabilidades de interrumpir el tratamiento que los que recibieron 24 mg.

"La actual dosis objetivo recomendada de buprenorfina se derivó de estudios realizados antes de la disponibilidad generalizada del fentanilo. Ahora vemos a personas con mayores niveles de tolerancia y dependencia de los opioides, y nuestros hallazgos sugieren que una dosis más alta de buprenorfina (hasta 24 mg) puede ayudar a mejorar la retención del tratamiento en estas personas", afirma la doctora Rachel Wightman, profesora asociada de Medicina de Urgencias y Epidemiología en la Facultad de Medicina Alpert de la Universidad Brown y una de las investigadoras principales del estudio.

Para continuar esta investigación, los científicos se proponen realizar un ensayo clínico prospectivo aleatorizado para evaluar el impacto de dosis diarias de buprenorfina de hasta 24 mg en la mejora de la retención del tratamiento y la reducción del riesgo de sobredosis y muerte.

Dentro de este ensayo, los investigadores también estudiarán el papel de otros factores que pueden estar relacionados con la permanencia en el tratamiento, como las prácticas de prescripción de los médicos, así como las características sociodemográficas y las circunstancias vitales de los pacientes. Los resultados de este ensayo podrían ayudar a actualizar las normas de tratamiento de los trastornos por consumo de opiáceos.