MADRID 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores han encontrado un nuevo enfoque para identificar moléculas que interfieren con la proteína, la nsp13, que los coronavirus necesitan para replicarse, lo que supone un paso hacia el desarrollo de antivirales para todos estos virus, según publican en la revista 'ACS Infectious Diseases'.
Mientras que las vacunas preparan al sistema inmunitario para combatir el virus, los medicamentos antivirales tratan las infecciones ya iniciadas interfiriendo en una parte esencial de la maquinaria viral. Algunos antivirales, como el remdesivir, el molnupiravir y el nirmatrelvir, ya están disponibles para los pacientes de COVID-19, pero las autoridades sanitarias quieren opciones adicionales que interrumpan la infección de formas diferentes.
Ahora, los investigadores han identificado un nuevo y prometedor objetivo dentro del SARS-CoV-2 y otros coronavirus, una proteína llamada nsp13. Se trata de una enzima que trabaja con otras proteínas virales para ayudar a copiar el código genético del patógeno desenrollando su ARN viral de doble cadena.
La nsp13 impulsa este trabajo rompiendo los enlaces entre los grupos fosfato, incluidos los de la molécula de almacenamiento de energía conocida como adenosín trifosfato (ATP). También participa en el tapado del ARN viral, que lo protege del sistema inmunitario humano.
Para acelerar la búsqueda de fármacos que bloqueen la nsp13, Masoud Vedadi y sus colegas del Departamento de Farmacología y Toxicología y el Consorcio de Genómica Estructural de la Universidad de Toronto (Canadá) desarrollaron una nueva forma de examinar un gran número de moléculas para identificar aquellas con la actividad más potente.
Dado que la actividad liberadora de energía de nsp13 aumenta en presencia de ácidos nucleicos monocatenarios, el equipo ideó pruebas que se centran en esta actividad en presencia y ausencia de ADN monocatenario. En ambos casos, las pruebas brillan más cuando se descompone menos ATP, lo que ocurre cuando algo está interfiriendo con nsp13.
Utilizaron una de estas pruebas para examinar una biblioteca de 5.000 pequeñas moléculas, obteniendo 17 resultados prometedores. El trabajo adicional, que incluía la realización de la segunda prueba, redujo el campo a sólo seis compuestos, posibles puntos de partida para el desarrollo de futuros inhibidores de nsp13 más potentes, según los investigadores.
Las nuevas pruebas, por su parte, podrían utilizarse para examinar de forma eficiente un gran número de pequeñas moléculas en busca de actividad contra nsp13, o para confirmar los resultados de otros enfoques, afirman.