MADRID 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
Bioingenieros de la Universidad Rice, en Estados Unidos, han demostrado que pueden erradicar el cáncer de ovario y colorrectal en fase avanzada en ratones en tan solo seis días con un tratamiento que podría estar listo para los ensayos clínicos en humanos a finales de este año, según informan en la revista 'Science Advances'.
Los investigadores utilizaron "fábricas de fármacos" implantables del tamaño de la cabeza de un alfiler para suministrar altas dosis continuas de interleucina-2, un compuesto natural que activa los glóbulos blancos para combatir el cáncer. Las perlas productoras de fármacos pueden implantarse mediante una cirugía mínimamente invasiva. Cada una de ellas contiene células diseñadas para producir interleucina-2 que están encerradas en una cubierta protectora.
Omid Veiseh, profesor adjunto de bioingeniería cuyo laboratorio produjo el tratamiento, señala que los ensayos clínicos en humanos podrían comenzar tan pronto como este otoño, ya que uno de los criterios clave de diseño de su equipo era ayudar a los pacientes con cáncer lo más rápidamente posible. El equipo eligió sólo componentes que habían demostrado ser seguros para su uso en humanos, y ha demostrado la seguridad del nuevo tratamiento en múltiples pruebas.
"Sólo administramos una vez, pero las fábricas de medicamentos siguen fabricando la dosis todos los días, donde sea necesario hasta que se elimine el cáncer --explica Veiseh--. Una vez que determinamos la dosis correcta -cuántas fábricas necesitábamos- fuimos capaces de erradicar los tumores en el 100% de los animales con cáncer de ovario y en siete de ocho animales con cáncer colorrectal".
En el estudio los investigadores colocaron perlas productoras de fármacos junto a los tumores y dentro del peritoneo, un revestimiento en forma de saco que sostiene los intestinos, los ovarios y otros órganos abdominales. La colocación dentro de esta cavidad concentró la interleucina-2 dentro de los tumores y limitó la exposición en otros lugares.
"Un reto importante en el campo de la inmunoterapia es aumentar la inflamación tumoral y la inmunidad antitumoral al tiempo que se evitan los efectos secundarios sistémicos de las citoquinas y otros fármacos proinflamatorios", resalta el docor Amir Jazaeri, coautor del estudio y profesor de oncología ginecológica y medicina reproductiva del MD Anderson.
"En este estudio, demostramos que las 'fábricas de fármacos' permiten la administración local regulable de interleucina-2 y la erradicación del tumor en varios modelos de ratón, lo cual es muy emocionante --prosigue--. Esto proporciona una sólida justificación para los ensayos clínicos".
La interleucina-2 es una citoquina, una proteína que el sistema inmunitario utiliza para reconocer y combatir la enfermedad. Es un tratamiento contra el cáncer aprobado por la FDA, pero Amanda Nash, estudiante de posgrado en el grupo de Veiseh y autora principal del estudio, apunta que las fábricas de medicamentos provocan una respuesta inmune más fuerte que los regímenes de tratamiento de interleucina-2 existentes porque las cuentas entregan mayores concentraciones de la proteína directamente a los tumores.
"Si se administrara la misma concentración de la proteína a través de una bomba intravenosa, sería extremadamente tóxica --explica Nash--. Con las fábricas de fármacos, la concentración que vemos en otras partes del cuerpo, lejos del sitio del tumor, es en realidad más baja que la que los pacientes tienen que tolerar con los tratamientos intravenosos. La alta concentración sólo se da en el lugar del tumor".
Nash apostilla que el mismo enfoque general utilizado en el estudio podría aplicarse para tratar cánceres de páncreas, hígado, pulmones y otros órganos. Las fábricas de fármacos podrían colocarse junto a los tumores y dentro de los revestimientos que rodean esos órganos y la mayoría de los demás. Y si se necesita una citoquina diferente para atacar una forma específica de cáncer, las microesferas pueden cargarse con células modificadas que produzcan ese compuesto inmunoterapéutico.
La cubierta exterior de la perla protege a sus células productoras de citoquinas de los ataques inmunitarios. Los caparazones están hechos de materiales que el sistema inmunitario reconoce como objetos extraños pero no como amenazas inmediatas, y el laboratorio de Veiseh aprovechó eso en su diseño.
"Comprobamos que las reacciones a los cuerpos extraños desactivaban de forma segura y robusta el flujo de citoquinas de las cápsulas en 30 días --continúa--. También demostramos que podíamos administrar con seguridad un segundo ciclo de tratamiento si fuera necesario en la clínica".
Avenge Bio, una empresa de Massachusetts cofundada por Veiseh, ha obtenido la licencia de la tecnología de fabricación de citoquinas de Rice.