MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un ensayo clínico dirigido por la Clínica Cleveland (Estados Unidos) con tolebrutinib, un inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton oral en investigación, un grupo de medicamentos desarrollados originalmente para tratar linfomas y trastornos sanguíneos relacionados, ha demostrado un retraso del 31% en el inicio de la progresión de la discapacidad confirmada (CDP) a los seis meses en pacientes con esclerosis múltiple progresiva secundaria (SPMS) no recurrente.
Los primeros resultados revisados por pares del ensayo de Fase 3 HERCULES, se publican en el 'New England Journal of Medicine' y se presentan simultáneamente durante una sesión plenaria de ensayos clínicos en la Reunión Anual 2025 de la Academia Estadounidense de Neurología en San Diego.
Según los mismos, tolebrutinib es un tratamiento eficaz para la EMSP no activa, una forma de la enfermedad para la que actualmente no existen tratamientos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
"Este es el primer ensayo clínico que muestra un efecto positivo en retrasar la progresión de la discapacidad en la EMSP no recurrente, una forma posterior de la enfermedad en la que la función neurológica empeora gradualmente con el tiempo y la discapacidad aumenta implacablemente", relata Robert Fox, autor principal del artículo, presidente del Comité Directivo Global de HERCULES y neurólogo del Centro Mellen para la Investigación y el Tratamiento de la Esclerosis Multiple en la Clínica Cleveland.
"Los hallazgos demuestran el impacto del fármaco en la neuroinflamación crónica del sistema nervioso central, un factor clave de esta discapacidad gradual observada en la EMSP", desarrolla el doctor Fox. "El fármaco ofrece el potencial para una nueva clase de medicamentos para el tratamiento de la EM, la principal causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes".
Entre el 23 de octubre de 2020 y el 12 de enero de 2023, el ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo inscribió a 1.131 pacientes de entre 18 y 60 años en 264 centros de 31 países. Los pacientes con progresión documentada de la discapacidad en los 12 meses previos a la evaluación y sin recaídas clínicas en los 24 meses previos a la evaluación fueron asignados aleatoriamente, en una proporción de 2:1, a recibir 60 mg de tolebrutinib oral o un comprimido de placebo equivalente.
Para el criterio de valoración principal, la incidencia acumulada de progresión de la discapacidad confirmada a los seis meses fue del 22,6% en el grupo de tolebrutinib frente al 30,7% en el grupo placebo, lo que representó una reducción del 31% con tolebrutinib en comparación con placebo. Además, el fármaco demostró un efecto positivo en varios de sus criterios de valoración secundarios sobre la progresión de la discapacidad y las medidas relacionadas con la resonancia magnética.
De esta forma, se observó un grado similar de reducción del riesgo en el tiempo transcurrido hasta la progresión de la discapacidad confirmada a los tres meses. Una mayor proporción de pacientes logró una mejoría de la discapacidad con la terapia, con una tasa de mejoría de la discapacidad confirmada a los seis meses del 8,6% frente al 4,5% con placebo.
Las mediciones de un aumento sostenido del 20% durante tres meses en la prueba de marcha cronometrada de 7,6 metros (25 pies) favorecieron al tolebrutinib, pero dicho aumento sostenido del 20% durante tres meses en la prueba de nueve puntos no se vio afectado por el tolebrutinib. En ensayos clínicos de EM, estas pruebas se utilizan de forma estándar para medir la capacidad de marcha y la destreza de las extremidades superiores, respectivamente. La tasa media anualizada de lesiones nuevas o agrandadas ponderadas en T2, una prueba utilizada para medir la actividad de la enfermedad, incluida la inflamación y el daño tisular, se redujo con tolebrutinib en comparación con placebo.
Las tasas de eventos adversos fueron comparables en general entre los grupos de tolebrutinib y placebo, aunque los eventos adversos graves fueron más frecuentes con tolebrutinib. Se observaron niveles de alanina aminotransferasa (ALT), una enzima que refleja daño hepático, superiores al triple del límite superior de la normalidad (LSN) en el 4% de los pacientes que recibieron tolebrutinib, frente al 1,6% de los que recibieron placebo, a lo largo del ensayo.
Se notificaron aumentos de los niveles de ALT superiores a 20 veces el LSN en el 0,5% de los pacientes que recibieron tolebrutinib, frente al 0% de los que recibieron placebo, y un paciente tratado con tolebrutinib falleció por complicaciones relacionadas con insuficiencia hepática. Cabe destacar que todos los casos de elevación grave de ALT se produjeron en los 90 días siguientes al inicio del tratamiento.
Tolebrutinib se encuentra actualmente bajo revisión por la FDA. "De aprobarse, el medicamento probablemente requerirá un monitoreo intensivo de las enzimas hepáticas durante los primeros tres meses de tratamiento, con un monitoreo menos frecuente posteriormente", finaliza el Dr. Fox. "Parece que aproximadamente uno de cada 200 pacientes presentará una elevación grave de las enzimas hepáticas durante los primeros tres meses de uso, por lo que es importante un monitoreo cuidadoso, y el medicamento debe suspenderse inmediatamente en aquellos pacientes con elevaciones de las enzimas hepáticas".
El ensayo HERCULES fue patrocinado por Sanofi, la empresa desarrolladora de tolebrutinib. El Fox informa haber sido consultor y haber recibido apoyo para la investigación de Sanofi y otras compañías farmacéuticas.