MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un fármaco usado comúnmente para tratar la diabetes puede tener un potencial modificador de la enfermedad del Parkinson, según sugiere un nuevo estudio, dirigido por el Instituto de Neurología de la University College de Londres (UCL, por sus siglas) en Reino Unido, que podría allanar el camino de nuevas investigaciones para definir su eficacia y seguridad.
El estudio, publicado en 'The Lancet' y financiado por la Fundación Michael J. Fox para la Investigación de Parkinson (MJFF), encontró que las personas con Parkinson que se inyectaron cada semana exenatide durante un año realizaron mejor en pruebas motoras que los que inyectaron placebo.
"Este es un hallazgo muy prometedor, ya que el fármaco tiene potencial para afectar el curso de la enfermedad en sí, y no sólo los síntomas", ha explicado el autor principal del estudio, el profesor Tom Foltynie. "Con los tratamientos existentes, podemos aliviar la mayoría de los síntomas durante algunos años, pero la enfermedad continúa empeorando", ha añadido.
Los investigadores observaron a una muestra de 60 personas con enfermedad de Parkinson del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía (NHNN), que utilizaron una inyección semanal de exenatide durante 48 semanas, o un placebo, además de sus medicamentos.
En el estudio se ha observado que las personas que usaron exenatida tuvieron mejor función motora a las 48 semanas cuando finalizaron e tratamiento, lo que persistió después del seguimiento de 12 semanas. Los que se habían inyectado el placebo mostraron una disminución en sus puntajes motores en las pruebas de 48 y 60 semanas. La ventaja de 4 puntos, en una escala de 132 puntos de medidas como temblores, agilidad y habla, fue estadísticamente significativa.
Los participantes no informaron mejoras apreciables en sus síntomas más allá del período de prueba, cuando además se les realizó un seguimiento para determinar cómo la propia enfermedad estaba progresando. La investigación no determina de manera concluyente si el fármaco estaba modificando la enfermedad en sí, por lo que la siguiente etapa de la investigación estudiará esta posibilidad.
La enfermedad de Parkinson afecta a 1 de cada 500 personas y es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común en todo el mundo. Los síntomas típicamente no se hacen evidentes hasta que más del 70% de las células productoras de dopamina del cerebro se han visto afectadas. La condición produce rigidez muscular, lentitud de movimiento, temblores, trastornos del sueño, fatiga crónica y una mala calidad de vida.
La exenatida, que se utiliza desde 2005 para tratar la diabetes tipo 2, activa receptores de la hormona GLP-1 en el páncreas para estimular la liberación de insulina. Los receptores GLP-1 también se encuentran en el cerebro, y una investigación previa ha demostrado que su activación puede aumentar la función de las conexiones de dopamina, actuar como un anti-inflamatorio, mejorar la producción de energía, y cambiar las señales de supervivencia celular.
Investigaciones adicionales realizadas por un equipo dirigido por el profesor Foltynie tratarán de aclarar cómo funciona exenatide para las personas con enfermedad de Parkinson, ya que la evidencia previa en modelos animales demostró que la exenatida mejoraba el rendimiento motor.
Además, un estudio anterior también encontró evidencia temprana de que podría ser un agente modificador de la enfermedad de Parkinson, pero fue un ensayo abierto, por lo que este último estudio fortalece la evidencia existente como el primer ensayo aleatorizado, controlado con placebo del fármaco para los pacientes de Parkinson.
"Esta es la evidencia más fuerte que tenemos hasta ahora de que un fármaco podría hacer más que aliviar los síntomas de la enfermedad de Parkinson", ha señalado el profesor Foltynie, quien espera queel siguiente paso sea un estudio a más largo plazo con más participantes, para investigar si hay marcadas mejoras en la calidad de vida.
"El uso de terapias aprobadas para una condición para tratar a otra, o la reutilización de drogas, ofrece nuevas vías para acelerar el desarrollo terapéutico de Parkinson. Los resultados de los estudios de exenatida justifican la continuación de las pruebas, pero a los médicos y pacientes se les insta a no agregar exenatida a sus regímenes hasta que se conozca más acerca de su seguridad e impacto en el Parkinson", ha añadido el doctor Brian Fiske, vicepresidente senior de programas de investigación en MJFF.