APNEA DEL SUEÑO
BTI BIOTECHNOLOGY INSTITUTE
Actualizado: miércoles, 7 junio 2017 14:56


MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de las universidades de Illinois y Northwestern (Estados Unidos) han descubierto que un fármaco clásico utilizado para tratar las náuseas y los vómitos asociados a la quimioterapia, el dronabinol, puede convertirse en una nueva opción terapéutica para la apnea obstructiva del sueño.

Durante la reunión anual de la Sociedad Americana del Sueño que se ha celebrado en Boston (Estados Unidos), donde se han presentado los resultados de dicho hallazgo, los expertos han recordado que en la apnea del sueño "sigue habiendo una importante necesidad no resuelta de tratamientos realmente efectivos", ha señalado David Carley, uno de los autores.

Este trastorno se caracteriza por una breve pero repetida interrupción de la respiración mientras se duerme, y se produce cuando los músculos de la garganta no mantienen las vías respiratorias abiertas durante el sueño.

El problema es que en el 80 por ciento de los casos no está diagnosticado, y se asocia también a un mayor riesgo de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, hipertensión o diabetes tipo 2.

En el trabajo, Carley y su equipo comprobaron el agonista cannabinoide dronabinol, autorizado por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) para las náuseas desde hace 25 años, podría tener un potencial significativo para tratar este problema.

Un estimado de 22 millones de estadounidenses sufren de este trastornoEn un estudio anterior, Carley encontró que el dronabinol, un agonista canabinoide, tenía un potencial significativo para tratar la apnea del sueño.

En el estudio los participantes fueron divididos en tres grupos, uno que recibió una dosis baja del fármaco, otro con una dosis más alta y el tercero con placebo. Los participantes recibieron el medicamento una vez al día antes de acostarse durante seis semanas.

En comparación con el placebo, seis semanas de tratamiento con la dosis más alta de dronabinol (10 miligramos) se asoció con una menor frecuencia de apneas o hipopneas durante el sueño, una disminución de la somnolencia subjetiva y una mayor satisfacción general del tratamiento. "Pero ni la cantidad de sueño ni la somnolencia objetiva mejoraron", ha precisado Carley.

Pese a ello, reconocen que se abre la puerta a conseguir un primer fármaco viable para este problema tras casi 35 años sin éxito de ahí la necesidad de "realizar ensayos clínicos más amplios para establecer plenamente el mejor enfoque para esta terapia".

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