MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Actualmente se han identificado ya unas 500 proteínas implicadas en el desarrollo de diversos tipos de cáncer pero, pese a ello, los fármacos existentes sólo actúan contra un 5 por ciento de estas biomoléculas, de ahí la necesidad de buscar nuevos compuestos contra proteínas huérfanas que aporten un mecanismo de acción innovador.
Así lo ha asegurado el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que la próxima semana organiza en Madrid un encuentro internacional junto con la Fundación La Caixa para analizar el papel que podría jugar en el futuro una peculiar familia de proteínas, las chaperonas moleculares, como diana de una nueva generación de fármacos contra el cáncer.
Estas moléculas pertenecen a una familia de proteínas muy conservadas por la evolución llamada proteínas de choque térmico (HSP, en sus siglas en inglés), presentes en todo tipo de organismos, incluidas bacterias, que se les conoce como el '112 de la célula' ya que responden a una llamada de emergencia celular.
Las proteínas de choque térmico hacen posible que la célula sobreviva en condiciones de estrés y se descubrieron a raíz de que un investigador calentara moscas de la fruta y observara que apenas unos minutos después estos animales sintetizaban grandes cantidades de las hoy llamadas proteínas de choque térmico.
Ahora se sabe que también el frío, la radiación ultravioleta, los cambios de presión y otros daños hacen que la célula estresada produzca estas proteínas.
BLOQUEAR LAS CHAPERONAS PARA COMBATIR EL CÁNCER
Como explica el presidente de The Institute of Cancer Research (ICR), Paul Workman, las células cancerígenas tienen por el mismo hecho de serlo daños específicos, y son precisamente las proteínas chaperonas las que les permiten sobrevivir a ellos, por lo que una estrategia posible para combatir el cáncer sería bloquear las proteínas chaperonas.
Workman fue uno de los principales proponentes de esta estrategia, algo más de una década, en concreto con la molécula chaperona HSP90, en su idea polémica porque las moléculas chaperonas también son indispensables para las células sanas.
Pero ahora se exploran ya 16 compuestos que bloquean la acción de HSP90, y Workman se muestra esperanzado por su actividad en especial contra el cáncer de mama, lo que podría ser importante también para combatir la aparición de resistencias a las nuevas terapias de la medicina personalizada.
"Descubrir fármacos innovadores que actúen sobre proteínas actualmente huérfanas, en vez de desarrollar fármacos del tipo 'yo también', que simplemente reproducen el efecto de medicinas ya conocidas", ha destacado este experto.