MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de las píldoras y cápsulas, ya sean de venta libre o recetadas, incluyen componentes distintos del medicamento real. Estos compuestos, conocidos como "ingredientes inactivos", ayudan a estabilizar el fármaco o a su absorción, y pueden constituir más de la mitad de la masa de una píldora.
Aunque estos componentes generalmente se consideran benignos, un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y el Hospital Brigham y de la Mujer, en Estados Unidos, revela que casi todas las píldoras y cápsulas contienen algunos ingredientes que pueden causar reacciones alérgicas o irritaciones en ciertos pacientes. En la mayoría de los casos, los médicos no tienen idea de cuál de estos ingredientes se incluyen en las píldoras que prescriben a sus pacientes, porque hay muchas formulaciones diferentes disponibles.
"Para la mayoría de los pacientes, no importa si hay un poco de lactosa, un poco de fructosa o algo de almidón. Sin embargo, hay una subpoblación de pacientes, actualmente de tamaño desconocido, que será extremadamente sensible a esos ingredientes y desarrollarán síntomas desencadenados por los ingredientes inactivos", dice uno de los autores principales del estudio, Daniel Reker, postdoctorado de la Fundación Nacional de Ciencias de Suiza en el Instituto Koch para la Investigación Integrativa del Cáncer del MIT.
Los investigadores esperan que su estudio, publicado en la edición de este miércoles de la revista 'Science Translational Medicine', aumente la conciencia sobre este tema entre los pacientes y los profesionales de la salud y ayude a estimular reformas que podrían proteger a los pacientes de medicamentos que no toleran bien.
"En este momento hay un desequilibrio en la cantidad de información y comprensión que existe con respecto a los componentes inactivos de la medicación", subraya Giovanni Traverso, profesor asistente en el Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT, gastroenterólogo del Hospital Brigham y otro de los autores principales del estudio.
Traverso comenzó a analizar este problema hace unos cinco años, tras una experiencia con un paciente al que estaba tratando. El paciente, que tenía enfermedad celiaca, reaccionó mal al omeprazol, un supresor de ácido común utilizado para tratar las úlceras estomacales.
La formulación específica de omeprazol que el paciente había tomado contenía ingredientes derivados de productos del trigo (que potencialmente contienen gluten). Esta información solo estaba disponible del fabricante en ese momento. Una semana después de obtener el medicamento, el paciente había informado que se sentía mal al tomar el medicamento. "Eso realmente me llevó a relucir lo poco que sabemos sobre las píldoras y los posibles efectos adversos que podrían tener --relata Traverso--. Creo que hay una tremenda subvaloración del impacto potencial que pueden tener los ingredientes inactivos".
Actualmente, cuando los médicos escriben una receta, especifican el tipo y la dosis del producto farmacéutico activo, pero nada acerca de los ingredientes inactivos. Muchos medicamentos vienen en docenas de formulaciones diferentes, y la que obtienen los pacientes depende de su seguro, su farmacia y el fabricante que suministra a la farmacia. La información que viene con el fármaco generalmente enumera los ingredientes inactivos, pero no las cantidades de cada uno, y pueden ser difíciles de descifrar. Por ejemplo, los ingredientes que contienen gluten pueden no aparecer como "gluten".
PROBLEMAS ESPECIALMENTE FRECUENTES EN MAYORES DE 65 AÑOS
Los investigadores revisaron revistas médicas y encontraron varios estudios que describían pacientes que sufrían reacciones alérgicas a ingredientes inactivos como la lactosa y tintes químicos. Estos estudios generalmente no incluyeron a pacientes con intolerancias a un ingrediente en particular, que son más leves y producen síntomas como hinchazón o dolor de estómago.
Sin embargo, los científicos creen que estas reacciones más leves pueden afectar a muchos más pacientes. Los problemas potenciales podrían ser especialmente frecuentes entre las personas mayores de 65 años, de los cuales el 30 por ciento toma al menos cinco pastillas por día, lo que potencialmente permite que se acumulen los ingredientes críticos.
A continuación, los investigadores se dispusieron a encontrar todo lo que pudieran sobre los ingredientes inactivos que se encuentran en los medicamentos recetados y no recetados. Al obtener gran parte de su información de una base de datos llamada Pillbox, administrada por la Biblioteca Nacional de Medicina, los científicos pudieron determinar la composición de casi todos los medicamentos recetados y de venta libre disponibles en Estados Unidos.
Encontraron que, para la mayoría de los medicamentos, más de la mitad de la píldora está compuesta de ingredientes inactivos, y para algunos es tan alta como del 99 por ciento. También hallaron que alrededor del 93 por ciento de los medicamentos contienen alérgenos como el aceite de cacahuete, la lactosa o los tintes, y casi todos contienen compuestos que algunos pacientes no pueden tolerar, como el gluten y ciertos tipos de azúcares. Alrededor del 55 por ciento de los medicamentos contienen azúcares conocidos como azúcares FODMAP, que pueden desencadenar problemas digestivos en algunas personas con síndrome de intestino irritable.
Según los investigadores, cuando los medicamentos contienen aceite de cacahuete, los fabricantes imprimen advertencias en las etiquetas, pero para la mayoría de los otros alérgenos o irritantes, no son fáciles de descubrir si un compuesto como la lactosa o el gluten está en el medicamento. Incluso si los pacientes son conscientes de sus alergias y sensibilidades y descifran correctamente los paquetes de medicamentos, es posible que no haya disponibilidad de muchos tratamientos diferentes para ellos porque no existe una sola píldora que evite todos esos ingredientes, añaden los investigadores.