MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los científicos acaban de informar que han conseguido liofilizar una fórmula de vacuna líquida basada en liposomas que podría desarrollarse para su posible uso en las vacunas COVID-19, según un estudio con participación de investigadores españoles que publican en la revista 'Science Advances'.
La liofilización es un método para eliminar el agua de un producto. Primero, se congela el artículo que se quiere deshidratar, haciendo que el agua que contiene se convierta en hielo. A continuación, se elimina el hielo mediante un proceso llamado sublimación, en el que el hielo se convierte directamente en vapor a baja presión. Se utiliza tanto para comida para astronautas como para raciones de emergencia.
Aunque una vacuna que emplee los liposomas deshidratados por congelación está todavía muy lejos, si se desarrolla con éxito, las dosis deshidratadas podrían enviarse y almacenarse a temperatura ambiente, eliminando los problemas logísticos asociados a algunas de las vacunas existentes más populares para la enfermedad.
"En el momento en que iniciamos este proyecto, las primeras vacunas COVID-19 acababan de salir al mercado y había muchas noticias sobre la necesidad de almacenarlas en frío, lo que suponía un enorme reto logístico. Especialmente en los países de ingresos bajos y medios, no siempre es factible tener ese tipo de infraestructura de refrigeración", explica Jonathan Lovell, doctor y profesor asociado de SUNY Empire Innovation en el Departamento de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Búfalo y la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas Jacobs de la UB.
"Así que empezamos a estudiar si podíamos fabricar una vacuna termoestable contra el COVID-19 utilizando una plataforma de vacunas basada en liposomas en la que habíamos trabajado anteriormente", añade el autor del estudio junto con el investigador Moustafa Mabrouk.
El nuevo estudio, en el que han colaborado científicos de Estados Unidos, Canadá y la Universidad del País Vasco, se centra en una inyección líquida compuesta por ingredientes que incluyen agua; liposomas especializados que llevan una versión producida sintéticamente de la proteína de la espiga del virus COVID-19; y una pequeña cantidad de azúcar, que ayuda a proteger la fórmula durante el proceso de liofilización.
"Tras la deshidratación, la fórmula era estable a temperaturas elevadas, y demostramos que puede soportar temperaturas ambiente e incluso superiores durante al menos una semana --dice Mabrouk, estudiante de doctorado de ingeniería biomédica de la UB--. Después, reconstituimos la fórmula añadiendo agua. Cuando lo probamos en ratones, indujo respuestas de anticuerpos eficaces y ofreció protección contra el virus COVID-19".
Los liposomas especializados examinados en el estudio se están investigando para su posible uso en vacunas contra múltiples enfermedades. Los liposomas se desarrollaron originalmente en el laboratorio de Lovell en la UB y la universidad ha concedido la licencia a POP Biotechnologies, una empresa emergente que Lovell cofundó.
Un candidato a vacuna contra la COVID-19 que se basa en el sistema de administración de vacunas basado en liposomas de POP Biotechnologies se encuentra en ensayos en humanos en Corea del Sur. Esta vacuna candidata, denominada EuCorVac-19, está siendo desarrollada por POP Biotechnologies y la empresa de biotecnología surcoreana EuBiologics. EuCorVac-19 tiene ingredientes ligeramente diferentes de la fórmula de la vacuna estudiada en el artículo de 'Science Advances'.
"No hemos probado la liofilización en la vacuna EuCorVac-19 --afirma Lovell--. Sin embargo, creo que los datos de este nuevo estudio sugieren que, en teoría, la fórmula de EuCorVac-19 puede ser susceptible de este tipo de tratamiento para hacerla muy termoestable, lo que beneficiaría cualquier despliegue global".