Medicamentos GLP-1 reducen el riesgo de insuficiencia renal y mortalidad en trasplantes de riñón con diabetes

Archivo - Inyector de pluma de liraglutida con aguja para tratar la diabetes tipo 2, obesidad, GLP-1 - PETER TOGEL - ARCHIVO

MADRID 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo estudio de la Facultad de Medicina Grossman de NYU (Estados Unidos) muestra que los receptores de trasplantes de riñón con diabetes tipo 2 tratados con una nueva clase de medicamentos contra la obesidad tienen menos probabilidades de sufrir insuficiencia orgánica y una mayor supervivencia.

El estudio , que se publica en la revista 'The Lancet Diabetes and Endocrinology', fue diseñado para aclarar el valor y la seguridad de los medicamentos. Los investigadores revisaron los registros médicos de 18.016 receptores de trasplantes de riñón con diabetes previa al trasplante en los Estados Unidos entre 2013 y 2020, de los cuales a 1.916 se les prescribieron GLP-1.

La obesidad no solo es un factor de riesgo conocido para la diabetes, sino que también aumenta el riesgo de complicaciones posquirúrgicas, como inflamación, rechazo de órganos y muerte prematura. Investigaciones anteriores habían sugerido algún beneficio para los receptores de trasplante de riñón con antecedentes de diabetes tipo 2 que tomaron los medicamentos, originalmente diseñados para tratar la diabetes, en algún momento después del trasplante y luego experimentaron deterioros más lentos en la función renal que aquellos que no los tomaron. Estos agonistas de GLP-1 incluyen semaglutida, liraglutida y dulaglutida, ahora comercializados como Ozempic, Wegovy, Saxenda, Victoza y Trulicity.

Sin embargo, no estaba claro si los médicos debían recetar estos medicamentos, dados sus conocidos efectos secundarios, que incluyen inflamación del páncreas y problemas hepáticos. También existía la preocupación de que los agonistas del GLP-1 pudieran aumentar el riesgo de una forma poco común de cáncer de tiroides en pacientes que ya tomaban medicamentos inmunosupresores para prevenir el rechazo del trasplante, una afección en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca al riñón trasplantado como si fuera un virus o bacteria extraños.

El nuevo estudio mostró que aquellos a quienes se les prescribieron agonistas de GLP-1, principalmente dentro de los tres años posteriores a recibir el trasplante, tenían un 49% menos de probabilidades de sufrir una falla orgánica (cuando el riñón trasplantado deja de funcionar y el paciente debe reanudar la diálisis) que aquellos a quienes no se les había prescrito un GLP-1. Los receptores de trasplante de riñón que tomaban los medicamentos también tenían un 31% menos de riesgo de morir dentro de los cinco años posteriores a haber comenzado a tomarlos, en comparación con los que no los tomaban.

Si bien no se encontró que el riesgo de inflamación del páncreas, problemas hepáticos o cáncer de tiroides fuera mayor en los pacientes con diabetes tratados con GLP-1, el estudio sí mostró que el grupo tratado tenía un 49% más de probabilidades de desarrollar retinopatía diabética. Este daño potencialmente cegador al tejido sensible a la luz que recubre la parte posterior de los ojos suele acompañar a la diabetes cuando los niveles de azúcar en sangre no están bajo control.

"Los resultados de nuestro estudio constituyen la evidencia más sólida hasta la fecha de que los fármacos agonistas de GLP-1 son herramientas en gran medida seguras y efectivas para abordar la diabetes tipo 2 en los receptores de trasplantes de riñón", destaca el investigador principal del estudio, cirujano de trasplantes y especialista en medicina de la obesidad, Babak Orandi, profesor asociado en los Departamentos de Cirugía y Medicina de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.

"Nuestra investigación ofrece una gran cantidad de datos clínicos del mundo real para orientar el manejo de los beneficios y riesgos del uso de GLP-1 en receptores de trasplantes de riñón", resume Orandi,

"Nuestros hallazgos también muestran que, si bien los beneficios de los fármacos GLP-1 son significativos, su uso conlleva un riesgo adicional de retinopatía diabética, lo que sugiere que los médicos deben controlar cuidadosamente la salud ocular de los receptores de trasplantes de riñón con diabetes que comienzan a tomar estos medicamentos", advierte la investigadora principal del estudio y epidemióloga Mara McAdams-DeMarco, profesora asociada en los Departamentos de Cirugía y Salud Poblacional de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.

Orandi desarrolla que la clave para controlar su riesgo es detectar la retinopatía diabética, en particular en personas con diabetes no controlada, y asegurarse de que los niveles de azúcar en sangre estén bajo control antes de tomar GLP-1. También sugiere ajustar lentamente las dosis de GLP-1 de pequeñas a grandes (titulación) en los receptores de trasplante de riñón con diabetes grave o en pacientes con antecedentes de problemas oculares. Los investigadores afirman que se necesita más investigación sobre los mecanismos biológicos detrás de los agonistas de GLP-1 y cómo mejoran la salud renal después del trasplante.