MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las formas orales e inyectables de liberación prolongada de naltrexona son efectivas para reducir el consumo de alcohol, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston (BUSPH), la Facultad de Medicina Chobanian y Avedisian de la BU y el Centro Médico de Boston (BMC), todos centros de Estados Unidos.
El estudio, publicado en 'JAMA Internal Medicine', encontró que los pacientes hospitalizados con trastorno por consumo de alcohol que comenzaron a tomar naltrexona, un medicamento para el trastorno por consumo de alcohol, antes de ser dados de alta, pudieron reducir el consumo excesivo de alcohol en el período de tres meses posterior a su estadía en el hospital.
Los hallazgos mostraron específicamente que ambas presentaciones de naltrexona, tanto en pastillas como en inyecciones de liberación prolongada, fueron igualmente eficaces para reducir el consumo de alcohol en los pacientes. Tras tres meses de tratamiento, el consumo excesivo de alcohol en los últimos 30 días disminuyó aproximadamente 38 puntos porcentuales entre los pacientes que tomaron la versión oral de naltrexona, en comparación con una disminución de aproximadamente 46 puntos porcentuales entre los pacientes que recibieron la versión inyectable del medicamento.
El estudio es el primer ensayo clínico aleatorio (el estándar de oro para la investigación de la eficacia) que compara la eficacia de ambas formulaciones de naltrexona, y los investigadores esperan que este conocimiento aliente a los médicos a integrar este medicamento en la atención hospitalaria de rutina.
"El hospital es un lugar concurrido con muchas prioridades contrapuestas, y los problemas crónicos de consumo de alcohol pueden pasarse por alto o tener menor prioridad que los problemas agudos que llevaron a la hospitalización del paciente", contextualiza el doctor Jeffrey Samet , autor correspondiente del estudio y profesor de ciencias de la salud comunitaria en la BUSPH, profesor de Medicina John Noble en la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la BU y médico de atención primaria en el BMC.
"Tratar el trastorno por consumo de alcohol en pacientes hospitalizados es una gran oportunidad para mejorar la atención a las personas con este problema, ya que nuestros hallazgos demuestran claramente que los resultados para estos pacientes mejoran", señala.
El equipo de investigación utilizó datos del estudio ADOPT (Tratamiento Hospitalario para Trastornos por Alcoholismo) para comparar la eficacia de cada tipo de naltrexona administrada a 248 pacientes con trastorno por consumo de alcohol que completaron una hospitalización en un hospital urbano entre junio de 2016 y marzo de 2020. Los pacientes recibieron la medicación el día del alta, ya sea en una pastilla diaria o mediante una inyección mensual durante tres meses.
Los investigadores basaron la eficacia de la medicación en la reducción del consumo excesivo de alcohol y la utilización de servicios de salud en los últimos 30 días del período de seguimiento de tres meses. El consumo excesivo de alcohol se definió como cinco o más bebidas al día para los hombres y cuatro o más bebidas al día para las mujeres.
Aunque ambas presentaciones de naltrexona fueron prácticamente iguales, los investigadores observaron una adherencia ligeramente mayor a la forma inyectable del medicamento, en consonancia con investigaciones previas. Sin embargo, señalan que los niveles de adherencia podrían mejorar en situaciones reales, donde los pacientes tendrían flexibilidad para determinar con su médico el tipo de naltrexona que mejor se adapta a sus necesidades y preferencias individuales en cuanto a formulación, frecuencia de dosificación y costo. La versión inyectable del medicamento elimina la necesidad de adherencia diaria, pero requiere más tiempo y esfuerzo para las visitas de inyección y un costo inicial más elevado.
El equipo no observó una diferencia en las visitas al hospital por trastornos agudos o relacionados con el consumo de cualquiera de los medicamentos en el período de tres meses después de que los pacientes fueron dados de alta del hospital.
"Espero que la moraleja para los responsables de las políticas y los sistemas de salud sea clara: existe un tratamiento farmacológico eficaz y basado en la evidencia para el trastorno por consumo de alcohol, y es hora de hacer que este tratamiento sea más accesible al momento del alta hospitalaria", apunta la autora principal del estudio, Kara Magane , directora sénior de operaciones de investigación en el Departamento de Derecho, Política y Gestión de la Salud en BUSPH, y agrega que las investigaciones futuras deberían explorar cómo optimizar esta prestación.
"También sería valioso comprender las perspectivas de los pacientes sobre las preferencias y la adherencia al tratamiento tras el alta, y cómo factores como la vivienda o el acceso al seguimiento influyen en los resultados", puntualiza Magane. "En última instancia, el objetivo es que el inicio del tratamiento del TCA sea rutinario y esté centrado en el paciente en entornos hospitalarios".