MADRID 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las personas con diabetes toman insulina para reducir los niveles altos de azúcar en sangre. Sin embargo, si los niveles de glucosa bajan demasiado (por tomar demasiada insulina o no comer suficiente azúcar), las personas pueden sufrir hipoglucemia, que puede provocar mareos, deterioro cognitivo, convulsiones o coma.
Para prevenir y tratar esta afección, Sociedad Química Estadounidense (ACS) informan sobre la encapsulación de la hormona glucagón. En ensayos con ratones, las nanocápsulas se activaron cuando los niveles de azúcar en sangre bajaron peligrosamente y rápidamente restauraron los niveles de glucosa, tal y como publican en 'ACS Central Science'.
El glucagón es una hormona que envía señales al hígado para que libere glucosa en el torrente sanguíneo. Generalmente se administra mediante inyección para contrarrestar la hipoglucemia grave en personas con diabetes. Si bien una inyección de glucagón de emergencia puede corregir los niveles de azúcar en sangre en aproximadamente 30 minutos, las formulaciones pueden ser inestables e insolubles en agua. En algunos casos, la hormona se descompone rápidamente cuando se mezcla para inyecciones y se aglutina para formar fibrillas tóxicas. Además, muchos episodios de hipoglucemia ocurren por la noche, cuando es poco probable que las personas con diabetes controlen su nivel de azúcar en sangre.
Para mejorar la estabilidad del glucagón comercial y prevenir la hipoglucemia, las investigadoras Andrea Hevener y Heather Maynard buscaron micelas: burbujas de jabón a escala nanométrica que se pueden personalizar para ensamblarse o desensamblarse en diferentes entornos y se utilizan para la administración de medicamentos. Desarrollaron una micela sensible a la glucosa que encapsula y protege el glucagón en el torrente sanguíneo cuando los niveles de azúcar son normales, pero se disuelve si los niveles caen peligrosamente bajos. Para prevenir la hipoglucemia, las micelas podrían inyectarse con antelación y circular en el torrente sanguíneo hasta que sean necesarias.
En experimentos de laboratorio, los investigadores observaron que las micelas se desarmaban únicamente en entornos líquidos que imitaban las condiciones de hipoglucemia tanto en los cuerpos humanos como en los de los ratones: menos de 60 miligramos de glucosa por decilitro. A continuación, cuando los ratones que experimentaban hipoglucemia inducida por insulina recibieron una inyección de las micelas especializadas, alcanzaron niveles normales de azúcar en sangre en 40 minutos. El equipo también determinó que las micelas llenas de glucagón permanecían intactas en los ratones y no liberaban la hormona a menos que los niveles de glucosa en sangre cayeran por debajo del umbral clínico de hipoglucemia grave. A partir de estudios adicionales de toxicidad y bioseguridad en ratones, los investigadores observaron que las micelas vacías no desencadenaron una respuesta inmunitaria ni indujeron daño orgánico.
Si bien se necesitan más estudios, los investigadores insisten en que su prueba de concepto es un primer paso hacia un nuevo método efectivo y a pedido para prevenir o mitigar niveles extremadamente bajos de azúcar en sangre.