MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los esteroides anabólicos son formas sintéticas de testosterona y su abuso es frecuente entre los atletas de todo el mundo. Algunas personas usan estos esteroides sin receta para mejorar el rendimiento atlético o para obtener una apariencia más musculosa.
Los efectos secundarios conocidos de estos medicamentos en los hombres incluyen el crecimiento de los senos, la caída del cabello, los testículos encogidos y los niveles más bajos de testosterona. También llamado hipogonadismo, la testosterona baja puede causar disminución del deseo sexual, erecciones deficientes y un recuento bajo de espermatozoides.
"Todavía se debate si el uso ilícito de esteroides anabólicos causa una deficiencia de testosterona duradera", apunta Jon J. Rasmussen, investigador principal del estudio y científico de Rigshospitalet, en Copenhague (Dinamarca).
Ahora, un nuevo estudio señala que el uso ilegal de esteroides anabólicos no solo tiene efectos secundarios peligrosos durante su uso, sino que también puede dañar la función testicular de los hombres años después de que dejen de abusar de los esteroides, según un estudio publicado en el 'Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Endocrine Society'.
Los investigadores del hospital han identificado una hormona producida por las células de Leydig (células en los testículos que producen testosterona) como un marcador biológico prometedor de la función testicular, añade Rasmussen.
Debido a que los niveles sanguíneos de testosterona pueden variar mucho durante el día y variar según la composición corporal, Rasmussen y sus colaboradores están investigando un marcador más estable que la testosterona, llamado factor 3 similar a la insulina en suero (INSL3).
Para este estudio, apoyado por Anti Doping Denmark, el equipo de investigación incluyó a 132 participantes de otro estudio: hombres que hicieron entrenamiento de fuerza recreativo. Sus edades oscilaban entre los 18 y los 50 años y tenían un promedio de 32.
Tres grupos de estudio consistieron en 46 hombres que actualmente usaban esteroides anabólicos, 42 exusuarios de esteroides y 44 que nunca habían usado estos esteroides. En promedio, los antiguos usuarios no habían tomado esteroides anabólicos durante 32 meses.
Entre los usuarios actuales de esteroides, INSL3 se suprimió notablemente en comparación con los usuarios anteriores y los que nunca los usaron, señala Rasmussen. En comparación con los que nunca los usaron, los ex usuarios de esteroides tenían concentraciones de INSL3 más bajas: 0,39 frente a 0,59 microgramos microgramos por litro. Además, cuanto mayor sea la duración en la que los hombres supuestamente usaron esteroides, menores sus niveles de INSL3, encontraron los investigadores.
"Nuestros resultados sugieren una capacidad gonadal deteriorada a largo plazo en usuarios anteriores de esteroides anabólicos", destaca Rasmussen.
Aunque la diferencia clínicamente relevante en los niveles de INSL3 aún no se conoce, debido a que la medición de INSL3 es principalmente para investigación, explica que sus hallazgos indican que los usuarios anteriores de esteroides pueden tener un mayor riesgo de hipogonadismo más adelante en la vida.
"Los resultados --prosigue-- plantean la cuestión de si algunos usuarios anteriores de esteroides anabólicos deberían recibir terapia de estimulación médica para aumentar la capacidad de las células de Leydig en los testículos".
Esta terapia incluiría medicamentos utilizados para bloquear la producción de estrógeno o su conversión en testosterona, como los inhibidores de la aromatasa y los moduladores selectivos del receptor de estrógeno, anota.