MADRID, 16 Oct. (EDIZIONES) -
Los medicamentos deben guardarse en un lugar fresco, seco, limpio y protegido de la luz para que no se altere el contenido. Además, hay que tener en cuenta que muchos medicamentos, ya sea por los excipientes que contienen, o por el propio principio activo, se pueden deteriorar con el calor, dejando de ser eficaces o incluso resultando perjudiciales para el paciente.
Así lo advierte en una entrevista con Infosalus Paula Mateos, farmacéutica del Área de Información del Medicamentos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, quien añade que también debemos guardar los medicamentos en un sitio que esté fuera del alcance y de la vista de los niños, para evitar cualquier posible accidente.
Otro punto importante, según indica, es que los medicamentos deben guardarse en su envase original y conservar su prospecto, puesto que si volvemos a necesitarlo pasado un tiempo, en él encontraremos toda la información necesaria respecto a la posología, determinadas indicaciones, contraindicaciones, o precauciones, a seguir.
En cuanto a los medicamentos que se deben guardar en nevera, aquellos que contienen el símbolo '*' en su envase y prospecto, Mateos indica que deben conservarse a una temperatura entre 2 y 8C: "El lugar óptimo dentro de la nevera es en un estante central sin que el envase toque las paredes del frigorífico, puesto que es donde menos variaciones de temperatura van a sufrir".
Según destaca la farmacéutica, conservar adecuadamente los medicamentos es fundamental para que mantengan su actividad farmacológica y sus propiedades físico-químicas. "Como hemos mencionado anteriormente, se deben mantener en lugares secos, frescos, que no estén al alcance de los niños, ni bajo cualquier foco directo de luz o calor", reitera la experta.
Además, recuerda que debemos siempre consultar en el prospecto la forma correcta de conservación de cada presentación, porque en algunos casos las condiciones de conservación del medicamento cerrado son diferentes de las condiciones una vez abiertos y/o reconstituidos. "Por ejemplo, de forma general, las plumas precargadas de insulina cuando están cerradas se conservan en nevera, pero una vez abiertas, se deben conservar fuera de ella a temperatura ambiente un máximo de 30 días", precisa.
DONDE NO DEBEMOS GUARDARLOS
Ahora bien, la farmacéutica del Área de Información del Medicamentos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos remarca que los medicamentos no deben guardarse ni en la cocina, ni en el baño, porque estos espacios son los que sufren mayores cambios de temperatura y humedad, y esto puede afectar al correcto mantenimiento de los medicamentos.
"En cuanto a los medicamentos que deben guardarse en nevera, no deben situarse en las bandejas de la puerta porque es la zona más susceptible a los cambios de temperatura al abrir la nevera con asiduidad", añade Mateos.
Con ello, la farmacéutica Paula Mateos enumera cuáles deben ser los pasos para organizar bien los medicamentos en casa. "En primer lugar, debemos seleccionar cuáles van a formar parte de nuestro botiquín. Hay que tener en cuenta que no debemos sobrecargarlo, sino elegir aquellos medicamentos imprescindibles indicados en afecciones leves. Todos aquellos envases vacíos, medicamentos caducados, o aquellos que no vayamos a volver a utilizar, debemos depositarlos en los puntos de reciclado SIGRE de las farmacias", menciona.
Cuando tengamos seleccionados aquellos productos y medicamentos que vamos a conservar, la especialista apunta que debemos leer detenidamente el prospecto para saber cuáles son las condiciones óptimas de conservación de cada medicamento.
"Si un medicamento tiene que guardarse en frío debemos reservar un espacio dentro del frigorífico para ello, y señalizarlo bien para evitar posibles intoxicaciones. Respecto a los medicamentos que deben conservarse a temperatura ambiente, debemos seleccionar un lugar fresco, seco, sin cambios significativos de temperatura y humedad, al que no tengan alcance los niños, y que no les dé de forma directa el Sol ni una fuente de calor", agrega.
A su juicio, es recomendable revisar periódicamente el contenido del botiquín, al menos cada seis meses, para comprobar que todos los productos y medicamentos se encuentran en buen estado.
LOS IMPRESCINDIBLES DE UN BOTIQUÍN
Así con todo, la miembro del Consejo General de Colegios Farmacéuticos recomienda disponer de un pequeño botiquín de primeros auxilios en casa para poder atender cualquier emergencia que se pueda presentar.
"En el botiquín se debe incluir tanto medicamentos como material de cura y accesorios necesarios para afrontar las situaciones imprevistas que pueden presentarse con más frecuencia, tales como fiebre, heridas, traumatismos leves, etc. Hay que tener en cuenta que no se debe sobrecargar el botiquín, sino que hay que seleccionar los productos y medicamentos imprescindibles", detalla.
En cuanto a los medicamentos, Mateos subraya que el botiquín casero puede contener: Analgésicos, antitérmicos, antidiarreicos, antiácidos, antihistamínicos, antiflatulentos, suero oral, productos para picaduras de insectos, y pomadas para las quemaduras.
"Entre el material de cura pondremos algodón, gasa estéril, tiritas, vendas y esparadrapo. También se recomienda incluir solución salina y algún antiséptico para limpiar heridas, que puede ser agua oxigenada, alcohol etílico de 70 o de 96 (para desinfectar el material y lavar la piel sana), jabón líquido de manos o gel hidroalcohólico. Y, por último, entre los accesorios que debemos incluir se encuentran tijeras, pinzas y un termómetro", enumera la especialista.
EL USO DE MASCARILLAS: DÓNDE TIRARLAS
Eso sí, la farmacéutica destaca que en el contexto de la COVID-19 que nos encontramos actualmente, el botiquín casero no debe sufrir ningún cambio sustancial, pero sí que debemos incluir mascarillas, puesto que su uso es obligatorio para los personas mayores de 6 años, y recomendable para los niños de 3 a 6 años.
"Para la población general, se recomienda el uso de mascarillas higiénicas o quirúrgicas. Se deben consultar las indicaciones del fabricante para saber el tiempo de vida útil de cada una y, en el caso de las mascarillas higiénicas reutilizables, saber las recomendaciones de lavado y secado", apostilla.
Además, Mateos sostiene que también se recomienda incluir guantes desechables que pueden resultar de utilidad en la desinfección y limpieza de la casa si hay algún caso positivo de COVID-19 o posible positivo. "Es importante recordar que no se recomienda el uso continuo de guantes porque pueden facilitar la trasmisión del virus", insiste la farmacéutica.
Para desechar las mascarillas usadas, la población general debe depositarlas en la bolsa de basura de restos domésticos y ésta, a su vez, será depositada en el contenedor de fracción resto, según recuerda.
En cambio, si la mascarilla ha sido usada por una persona infectada, por los cuidadores de estas personas o por posibles positivos, se deberán eliminar de forma diferente, según aprecia, y éstas dice que se deben depositar en una bolsa de plástico cerrada, y esta bolsa, a su vez, introducirla en una segunda bolsa donde además se depositarán los guantes y la mascarilla utilizados por el cuidador, que será la que depositemos en nuestra bolsa de residuos domésticos (que posteriormente irá al contenedor de fracción resto).
"Las mascarillas deben eliminarse siempre en el contenedor de fracción resto, nunca deben tirarse por el inodoro, en otros contenedores, ni en el contenedor SIGRE de la farmacia. De igual modo, hay que recordar que las mascarillas nunca deben desecharse o tirarse en la calle por el riesgo de contagio de otras personas en caso de manipularlas", sentencia la farmacéutica del Área de Información del Medicamentos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.