MADRID, 3 Mar. (EDIZIONES) -
Poco a poco la incidencia de contagios de COVID-19 está descendiendo, aunque no debemos relajarnos. Esto, en gran parte, es gracias a la vacunación que, aunque progresa de forma lenta en nuestro país, son cada vez más las personas que se están inyectando con una de las tres fórmulas contra el SARS-CoV-2 que se pueden inocular a día de hoy en España.
Según recuerdan desde la Asociación Española de Vacunología (AEV), el Gobierno del Reino Unido ha comunicado este mes de febrero el inicio de un ensayo clínico ('COVID-19 Heterologous Prime Boost study') donde van a combinar las distintas vacunas contra la COVID en circulación para conocer cuál podría ser la inmunogenicidad (capacidad de producir respuesta inmune) tras inyectar dos vacunas diferentes contra el mismo virus, así como su seguridad.
Se trata de una técnica de vacunación que ya se ha ensayado en el modelo animal con las vacunas frente al virus gripal H5N1, el VIH, del virus de la polio atenuado- inactivado, y con el virus del ébola, mostrando resultados prometedores.
En la actualidad, la gran mayoría de las vacunas contra el SARS-CoV-2 constan de dos dosis y cada una precisa de un intervalo determinado. Se está estudiando también si alargar la frecuencia entre las inyecciones para llegar al mayor número de población posible con cierta inmunidad, así como combinar diferentes vacunas, tal y como hemos mencionado.
Así lo cuenta la AEV sobre el estudio en marcha de Reino Unido: "El oficial senior del proyecto piensa que dado el alto volumen de población a vacunar y las restricciones de suministro a escala mundial, se hace necesario disponer de datos que apoyen un programa de inmunización más flexible. Cabe la posibilidad, adicionalmente, de que al combinar vacunas, la respuesta inmune pueda incrementarse en cuanto a la concentración y a la duración de los anticuerpos postvacunales".
Este esquema alternativo de vacunación, denominado en el mundo de las vacunas como 'prime-boost heterólogo', y para el que han destinado 7 millones de libras esterlinas, se llevará a cabo en ocho lugares seleccionados por el National Institute of Health británico, con una duración prevista de 13 meses, de forma que los primeros resultados verán la luz previsiblemente este verano.
"El estudio recopilará evidencias inmunológicas acerca de distintos intervalos entre ambas dosis y los comparará con un grupo control en el que sus participantes recibirán la misma vacuna para ambas dosis. Si los resultados preliminares son prometedores, se reconsiderará el actual esquema de vacunación siempre que así lo apruebe el 'Joint Committee on Vaccination and Immunisation'", aclara la Asociación Española de Vacunología al respecto.
En una entrevista con Infosalus, el pediatra y consultor honorario en materia de vacunas para el Ministerio de Sanidad, así como cofundador de la AEV, el doctor José A. Navarro-Alonso ve imprescindible este estudio porque, según advierte, actualmente se desconoce si esta combinación de vacunas permitiría aumentar la respuesta inmune frente al coronavirus SARS-CoV-2. "Cuando se habla de una eficacia del 94% confirmada en Israel sobre el terreno es casi imposible que alguna combinación supere a esa cifra extraordinariamente", avisa.
ALIVIAR EL DESABASTECIMIENTO DE VACUNAS
También reconoce que "no se empieza de cero la investigación", ya que se trata de una técnica desarrollada en vacunas contra otros virus como antes hemos contado, a la vez que cree que aliviaría en cierta manera el actual desabastecimiento de vacunas, que está ralentizando la inmunización de la población, aunque ya se habla de que a partir de marzo habrá dosis de sobra para los diferentes países.
Preguntado sobre hasta qué punto una sola dosis contra el SARS-CoV-2 podría ser útil frente a la inmunización de la población, como ya están demostrando algunos estudios, el doctor José A. Navarro-Alonso mantiene que con ello se consigue una mayor cobertura de vacunación, llegar a más personas con primera dosis, empleando la que podría ser la segunda de estas personas como primera dosis de otras nuevas, y espaciando también el tiempo entre la primera y la segunda inyección.
"El comité asesor de vacunas de Reino Unido, en un intento de vacunar a más personas, precisamente para paliar esa situación epidemiológica, decidió no inocular la segunda a las 3-4 semanas, sino llevarla hasta los 42 días o incluso los 3 meses. A día de hoy hay muy poca información sobre la eficacia de la segunda dosis a los 3 meses, por eso muchos países han seguido la pauta original de vacunación, respetando los tiempos (21 días Pfizer, 28 días Moderna)", recuerda.
En este punto, el cofundador de la Asociación Española de Vacunología llama la atención sobre la vacuna de Astrazeneca, que se acaba de iniciar su inoculación en España, dado que se ha demostrado que se mejora la eficacia de la vacuna conforme se aumenta la frecuencia entre las dosis, siendo más eficaz si aumenta a tres meses la frecuencia entre dosis.
Respecto a si se debería vacunar primero a quienes no hayan superado la COVID, en esta situación de escasez de dosis, el doctor Navarro-Alonso defiende que los primeros que deben ser vacunados son la población más vulnerable, así como los grupos prioritarios de vacunación, para después proseguir con el resto de población.
"Se ha visto que los anticuerpos de quienes han superado la COVID-19 en la mayor parte duran 6-7 meses. Por eso se ha decidido vacunarles transcurrido ese tiempo, dado que la respuesta de la vacuna puede ser más robusta que la de la propia enfermedad. Es más, en las vacunas de ARN mensajero se ha observado que podrían proteger frente a las variantes, y la enfermedad no parece que lo haga. Con una sola dosis la respuesta de anticuerpos es brutal, en los que ya han padecido la enfermedad", valora el especialista y asesor del Ministerio de Sanidad.