MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
En un estudio sobre la prevención de la transmisión del virus de la inmunodeficiencia huamana (VIH), las personas que tomaron el medicamento antirretroviral 'Truvada' registraban un 86 por ciento menos de probabilidades de contraer la enfermedad que los que tomaron un placebo, tal y como informan los investigadores que condujeron el estudio.
"El medicamento se toma cuando se necesita alrededor de los periodos de actividad sexual. Todos los participantes del estudio recibieron asesoramiento regular sobre la prevención del VIH y las enfermedades de transmisión sexual y los servicios, así como la existencia de condones y lubricantes", explica la co-directora del estudio Cécile Tremblay, de la Universidad de Montreal y del Centro de Investigación CHUM, en Canadá.
"De hecho, esta investigación analizó específicamente a los hombres y mujeres transgénero en alto riesgo de transmisión del VIH, lo que hemos definido como personas que han tenido sexo anal sin protección con dos o más parejas diferentes dentro de un periodo de seis meses. Este estudio aclara el papel que 'Truvada' puede jugar en la protección de esta población", agrega esta investigadora del estudio, realizado también por expertos franceses.
En números reales, catorce de las 201 personas en el grupo placebo de la investigaión, que se publica en 'New England Journal of Medicine', adquirieron el VIH, en comparación con dos en el grupo de 199 de 'Truvada 199'. El estudio fue doble ciego, lo que significa que ni los participantes ni los investigadores sabían quién estaba recibiendo qué mientras se estaba llevando a cabo el estudio.
Además de la prestación de los servicios antes mencionados, se les proporcionó a los participantes suficientes pastillas de forma que podían tomarse una todos los días durante la duración del estudio, si era necesario (una media de 9,3 meses). Los participantes fueron instruidos para tomar dos píldoras antes del sexo, una tercera píldora 24 horas más tarde y una cuarta píldora 24 horas después de eso. Cuando las relaciones sexuales se producían con más frecuencia, se les recomendó que tomaran una pastilla al día y luego dos pastillas después de la exposición al VIH.
Los investigadores señalan que la eficacia a largo plazo de la estrategia evaluada en su estudio debe analizarse más, ya que el estudio era relativamente corto y la adhesión de la población a los regímenes de medicamentos tienden a dejarse a lo largo del tiempo.
Sin embargo, ésta fue una de las razones por las cuales se llevó a cabo la investigación: estudios previos habían mostrado cierta eficacia de 'Truvada' como medicina preventiva cuando se toma todos los días, pero la adhesión fue un gran reto, por lo tanto esta estrategia "a demanda" fue diseñada para aumentar la probabilidad de que el paciente pudiera obtener el máximo beneficio de ella.
"En ambos grupos, los participantes tomaron una media de 15 pastillas al mes, lo que demuestra que se sentían capaces de juzgar cuándo necesitaban tomar la medicación --dice Tremblay--. Sin embargo, el 28 por ciento de los participantes no tomó las píldoras y un 29 por ciento tomó una dosis subóptima. De hecho, las dos personas en el grupo de medicamentos que se infectaron no se medicaron. Asegurar apoyo para la adhesión a largo plazo al régimen de medicación será uno de los retos de trabajar hacia la prevención exitosa entre personas en riesgo".
La baja adherencia es de hecho una de las razones por las que los investigadores creen que los dos ensayos recientes que involucran a mujeres heterosexuales no mostraron ningún beneficio del fármaco. Mientras tanto, aunque el brazo de placebo del estudio llegó a su fin después de que los beneficios de 'Truvada' se hicieron evidentes, los científicos continúan trabajando con los participantes con el fin de comprender mejor cómo la adherencia puede o no cambiar con el tiempo.