MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de las universidades de Illinois y Michigan (Estados Unidos) han observado que una exploración del cerebro mediante resonancia magnética puede servir para saber qué pacientes van a responder de forma positiva al tratamiento con antidepresivos, según los resultados de un trabajo publicado en la revista 'Brain'.
En su investigación analizaron imágenes obtenidas por resonancia magnética funcional de cerebros de pacientes con una depresión mayor que debían comenzar el tratamiento con antidepresivos, y vieron que aquellos que presentaban una mejor conexión entre dos redes cerebrales cuando cometían un error mientras desarrollaban un ejercicio cognitivo eran menos propensos a responder a la medicación.
Las dos redes eran la red de detección de errores, que se activa cuando alguien se da cuenta de que ha cometido un error, y la red de procesamiento de interferencias, que se activa al decidir en qué información debe uno centrarse.
"Creemos que una mayor interferencia dentro de estas redes puede reflejar una propensión a pensar en cosas negativas, como un error, o a causar un déficit en la regulación emocional cuando se enfrentan a un error, y los medicamentos pueden ser menos eficaces para ayudar a estos pacientes", ha reconocido Natania Crane, autora del estudio.
Los fármacos utilizados para tratar una depresión mayor se toman de 8 a 12 semanas para poder conseguir un impacto notable en el estado de ánimo y otros síntomas, y si los pacientes no responden al primer fármaco prescrito o sufren efectos secundarios es necesario cambiar el tratamiento.
Por lo tanto, poder predecir la respuesta a la medicación puede servir para adelantar los efectos del tratamiento y conseguir que el paciente se encuentre mejor antes, logrando reducir también el gasto sanitario de sus cuidados, ha añadido Scott Langenecker, que también ha colaborado en este trabajo.
Varios estudios previos con resonancia magnética han permitido identificar diferentes áreas del cerebro que están hiperactivas o inactivas en pacientes con depresión mayor, lo que sugiere que la neuroimagen puede ser útil para saber cómo van a responder estos pacientes a la medicación.
En este caso, los investigadores examinaron los patrones de activación cerebral mientras los participantes realizaban un ejercicio de control cognitivo, utilizando una técnica de análisis única para determinar qué áreas cerebrales están más activas cuando se cometen errores y qué comunicación se produce entre determinadas redes cerebrales.
En total, estudiaron a 36 pacientes que en ese momento no estaban en tratamiento a los que se les asignó bien escitalopram (un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina) o duloxetina (un inhibidor de la recaptación de serotonina-norepineferina).
LETRAS PARPADEANDO EN UNA PANTALLA
Durante la exploración, los participantes se situaron frente a una pantalla donde aparecían parpadeando las letas X, Y ó Z, y se les pidió que pulsaran un botón cada vez que vieran una letra pero que no lo hicieran si la letra que aparecía era la misma que había aparecido antes.
Los pacientes fueron seguidos durante y después de 10 semanas con el tratamiento, y completaron encuestas y entrevistas para determinar si la medicación prescrita estaba disminuyendo sus síntomas.
Los pacientes cuya actividad cerebral era más fuerte en la red de detección de errores o en la red de procesamiento de interferencias tenían menos probabilidades de experimentar una eventual reducción de sus síntomas depresivos con la medicación.
"Usando nuestro modelo, pudimos predecir con un grado muy alto de exactitud --de un 90 por ciento-- qué pacientes responderían bien al tratamiento antidepresivo, y cuáles no", dijo Langenecker. Los investigadores también encontraron que los participantes que cometieron más errores durante la tarea cognitiva tenían más probabilidades de responder al tratamiento antidepresivo.