MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Sanitas, en colaboración con la Universidad de Navarra, está llevando a cabo un estudio que analizará los efectos que las ciudades y los factores ambientales, como las olas de calor, tienen sobre la salud de los españoles y publicará sus resultados a través de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente, una iniciativa conjunta de ambas entidades.
Las olas de calor, cada vez más frecuentes, representan una nueva y preocupante amenaza que afecta tanto a la salud humana como al medioambiente. Estos fenómenos climáticos extremos pueden tener graves consecuencias para la salud. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las olas de calor son la principal causa de mortalidad relacionada con el clima.
A este respecto, la médico de Familia del Centro Médico Sanitas Reina Victoria (Madrid) María Andrea Castillo ha explicado que los días de calor extremo pueden agravar los riesgos en personas con enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o las enfermedades respiratorias y pueden provocar lesiones renales aguda, en el sistema nervioso central y en el sistema músculo-esquelético.
Por su parte, el director de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra, Jesús Miguel Santamaría, ha hecho hincapié en la situación aún más grave que experimentan las ciudades. "Las áreas urbanas experimentan temperaturas más altas que las áreas circundantes debido a la concentración de edificios, carreteras, pavimentos y actividades humanas. Este efecto es especialmente notable durante las noches", ha señalado.
Santamaría ha continuado argumentando que la falta de vegetación y la abundancia de superficies asfaltadas potencian este efecto isla de calor, exacerbando los efectos de las altas temperaturas en la salud. En este sentido, el reverdecimiento de las ciudades y la generación de espacios verdes se convierten en una necesidad crítica para mitigar estos efectos.
Por todo ello, los especialistas médicos de Sanitas han elaborado una serie de recomendaciones a seguir para protegerse frente a las olas de calor, entre la que han destacado reducir los esfuerzos físicos. Según han explicado, el ejercicio intenso incrementa la demanda de oxígeno y la producción de calor en el cuerpo, lo que puede exacerbar los síntomas de enfermedades respiratorias y fatiga. Además, teniendo en cuenta que el aire caliente es más difícil de respirar, el riesgo de deshidratación y agotamiento por calor aparecen de manera más recurrente.
Asimismo, han aconsejado preservar el hogar fresco instalando cortinas o persianas para bloquear la luz solar directa, así como optar por colores claros en las paredes y techos. Otra de las pautas que se pueden seguir en el hogar es utilizar humidificadores que brindan una humedad relativa confortable, facilitan la respiración y reducen la irritación de las mucosas, común como resultado del aire seco que propician las olas de calor.
Por último, han pedido a la población que aprendan a reconocer síntomas de alarma ante golpes de calor, como aumento de la temperatura corporal (mayor a 39 ºC), piel seca, agotamiento, dificultad para respirar, mareos, confusión o palpitaciones. En caso de estar ante un golpe de calor, es necesario acudir a los servicios de atención médica, han advertido.