MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
El número de células inmunitarias especializadas disponibles para combatir el cáncer de piel se duplicó cuando un nuevo tratamiento bloqueó su escape de los tumores de melanoma, según muestran experimentos en ratones y células humanas.
Los investigadores del NYU Langone Health y su Centro Oncológico Perlmutter, en Estados Unidos, que dirigieron el estudio descubrieron que la combinación de un bloqueador químico de la salida de las células inmunitarias con otro tipo de fármaco, una inmunoterapia, detuvo el agrandamiento del tumor de melanoma en más de la mitad de los ratones probados. Anteriormente, la inmunoterapia por sí sola no había logrado impedir el crecimiento de los cánceres.
Según los investigadores, los recientes avances en inmunoterapias, medicamentos diseñados para ayudar al sistema inmunitario de defensa del organismo a detectar y eliminar las células cancerosas, de forma similar a como lo haría con un virus invasor, han mejorado enormemente la atención oncológica. Estos tratamientos potencian la acción de las células inmunitarias, que atacan directamente al cáncer y evitan que las células cancerosas sean reconocidas por el sistema inmunitario.
La última generación de inmunoterapias, denominadas inhibidores del punto de control inmunitario, protegen a las células T antitumorales de la inactivación y se han convertido en un pilar en el tratamiento del melanoma.
Aunque estos tratamientos farmacológicos no funcionan en todos los pacientes, investigaciones anteriores demuestran que disponer de más células T en general, sobre todo cuando se sitúan en el centro de los tumores, hace que los fármacos sean más eficaces.
El nuevo estudio, publicado online en la revista 'Nature Immunology', ha demostrado que unas células inmunitarias clave llamadas células T CD8 escapan de los tumores de melanoma cuando se reúnen cerca de la periferia del tumor, así como de los vasos linfáticos cercanos, que transportan células inmunitarias por todo el cuerpo. De hecho, los investigadores descubrieron que se acumulan más células T dentro de los tumores en ratones criados para carecer de vasos linfáticos en la piel.
Otros experimentos demostraron que las moléculas de señalización, la quimiocina CXCL12 y su proteína receptora relacionada CXCR4, atraen y mueven las células T hacia los vasos linfáticos. Cuando los investigadores bloquearon la CXCL12 o la CXCR4, las células T no pudieron emigrar del tumor y permanecieron en su centro.
En conjunto, los investigadores afirman que los resultados demuestran que es probable que las células T sean atraídas hacia el borde exterior del tumor por CXCL12 y más cerca de los vasos linfáticos, donde CXCR4 "anima" a las células T a salir del tumor. Cuando los investigadores combinaron la inmunoterapia con un bloqueante químico del CXCR4, el número de células T en los tumores de ratones se duplicó y la mitad de los tumores dejaron de crecer.
"Nuestro estudio confirma por primera vez cómo las células T CD8 escapan de los tumores de melanoma a través de la señalización de quimiocinas a sus vasos linfáticos cercanos, dejando a los tumores menos susceptibles a la inmunoterapia contra el cáncer", destaca la investigadora principal del estudio, Maria Steele, investigadora postdoctoral en el Departamento de Dermatología Ronald O. Perelman de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU y el Centro Oncológico Perlmutter.
"Estos hallazgos revelan que las células T circulan fuera de los tumores, dando una nueva forma a los puntos de vista científicos de la inmunología tumoral donde las células T encuentran y se dirigen aleatoriamente a las células tumorales", explica.
La investigadora principal del estudio, la doctora Amanda Lund, destaca que estos hallazgos "demuestran que el bloqueo de esta vía de escape permite que la inmunoterapia funcione mejor en la lucha contra el crecimiento de las células cancerosas de la piel".
Otros resultados del estudio fueron que la vía de escape de las células T dependía de su potencia, o de la fuerza con la que podían unirse a las proteínas diana de las células tumorales. Cuanto más tiempo pasaban las células T más potentes dentro de los tumores, más probabilidades tenían de encontrarse con las células cancerosas diana y más probabilidades tenían de permanecer dentro del tumor. Según los investigadores, aumentar el tiempo inicial que estas células T pasan dentro del tumor podría ayudar a mejorar la terapia.
"Estos resultados sugieren que no se trata sólo de introducir las células T en el tumor de melanoma, sino también de llevarlas al lugar correcto con las señales adecuadas para generar las respuestas inmunitarias más específicas y duraderas", afirma Lund, profesora asociada del Departamento de Dermatología Ronald O. Perelman y del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU y del Centro Oncológico Perlmutter.
Los investigadores afirman que, en general, el estudio demuestra que es probable que el sistema linfático recircule las células T fuera de los tumores. Y que, en el caso de algunos pacientes, es necesario bloquear las señales de salida, ya sea CXCR4 y/o CXCL12, para cambiar la balanza a favor de mantener las células T dentro de los tumores el tiempo suficiente para que la inmunoterapia funcione.
En futuras investigaciones se estudiará cómo influye el bloqueo de la salida de las células T tumorales en la inmunoterapia, dicen los autores, que también tienen previsto estudiar no sólo las señales de las quimiocinas, sino también otras vías moleculares en los vasos linfáticos para aumentar el "tiempo de permanencia" de las células T en el interior de los tumores.