MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Es habitual la toma de antibióticos ante determinadas enfermedades. No obstante, un punto muy importante que hay que tener claro siempre es que no hay que tomarlos para tratar el resfriado, la gripe o la COVID-19, ya que no te curarán, pero es que además te pueden ocasionar reacciones adversas a los mismos.
Hay muchas personas que siguen dudando sobre la conveniencia o no de tomar los antibióticos con probióticos. Para resolver todas nuestras dudas al respecto en Infosalus entrevistamos a Irene Suárez, farmacéutica de la dirección de los Servicios Técnicos del Consejo General de Farmacéuticos.
Esta experta parte del concepto de microbiota, el conjunto de microorganismos (bacterias, virus, u hongos, por ejemplo) que tenemos en nuestro cuerpo de forma habitual, y que ejercen efectos beneficiosos, como por ejemplo la protección frente a microorganismos patógenos, o el aporte de ciertos nutrientes como la vitamina K.
"Los antibióticos pueden eliminar las bacterias de nuestra microbiota, tanto las que son beneficiosas como las perjudiciales, las causantes de las infección que estamos tratando. Para favorecer el crecimiento y el mantenimiento de las bacterias beneficiosas puede ser recomendable el tomar probióticos durante el tratamiento con antibióticos. El farmacéutico podrá orientarnos sobre el que mejor se adapta a nuestras necesidades", agrega la experta.
En concreto, apunta al yogur (producto lácteo que se obtiene por la fermentación de la leche con bacterias como Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus), como al kéfir (producto líquido fermentado con bacterias y levaduras): "Son probióticos que podemos consumir tanto de manera habitual en nuestra dieta, como durante el tratamiento con antibióticos".
Por otro lado, la farmacéutica Irene Suárez dice que podemos encontrar en el mercado diferentes productos con probióticos, comercializados tanto como medicamentos, como complementos alimenticios, o productos sanitarios. "También existen productos que, además de probióticos, pueden contener prebióticos, sustancias como los fructooligosacáridos, que sirven de alimentos a las bacterias, vitaminas o minerales", añade.
Eso sí, precisa que algunos probióticos se elaboran a partir de bacterias, por lo que se deben tomar siempre espaciados en el tiempo (al menos 2 horas) de los antibióticos, ya que si los tomamos a la vez podrían ser destruidas. "Sin embargo, en otros probióticos elaborados a partir de levaduras, al no verse afectadas por los antibióticos, no es preciso tener estas precauciones", mantiene la farmacéutica, quien remarca la necesidad de contar siempre con el consejo experto antes de tomarlos.
PAUTAS PARA UNA CORRECTA TOMA DE ANTIBIÓTICOS
Con todo ello, la representante del Consejo General de Farmacéuticos enumera brevemente un listado de cómo debemos tomar adecuadamente los antibióticos, destacando la necesidad de hacer un uso responsable de los mismos, de cara a evitar la aparición de resistencias (que una bacteria se vuelva resistente al efecto de un antibiótico y con su administración no se muera o deje de crecer y reproducirse):
No debemos utilizar antibióticos sin receta. El abuso de los antibióticos y su mal uso puede incrementar el riesgo de selección y de diseminación de bacterias resistentes.
Es importante cumplir las recomendaciones posológicas indicadas por el médico, tanto con respecto a las dosis, como en cuanto el periodo de tiempo entre dosis. De igual modo, debemos respetar la duración del tratamiento indicada por el médico. De esta manera se consigue un uso óptimo de antibiótico, potenciando su efecto, y reduciendo el riesgo de reacciones adversas y aparición de resistencias.
Es importante leer el prospecto antes de iniciar el tratamiento para tomarlo de forma correcta, ya que algunos antibióticos hay que tomarlos antes de las comidas (por ejemplo, la fosfomicina), mientras que otros después de las comidas (por ejemplo, la cefuroxima para que su absorción sea óptima).
En general es recomendable tomar los antibióticos con agua. Pero debemos prestar atención al prospecto, ya que algunos no se pueden mezclar con leche (como, por ejemplo, el ciprofloxacino).
En el caso de aparición de alguna reacción adversa grave o diarrea muy intensa de varios días de duración debemos acudir al médico. Evitar tomar antidiarreicos, salvo recomendación del médico. También debemos acudir si una vez terminado el tratamiento los síntomas persisten.
Cuando hayamos finalizado el tratamiento es recomendable depositar el antibiótico sobrante en el punto SIGRE de la farmacia, y no emplearlo en futuras ocasiones sin consultarlo con el médico.
En última instancia, Irene Suárez, farmacéutica de la dirección de los Servicios Técnicos del Consejo General de Farmacéuticos recuerda que es importante seguir estilo de vida saludable, con una alimentación variada y realizar ejercicio físico de manera regular, para mantener un correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune.