MADRID, 20 Ago. (EDIZIONES) -
Siempre debemos tener cuidado con los fármacos, pero sobre todo en verano. No vale cualquier sitio para guardarlos, ya que muchos pueden estropearse por culpa de los cambios de temperatura y de ambiente, más en verano, con los termómetros tan altos en muchas ocasiones.
"El calor puede afectar a la calidad de los medicamentos, ya que puede alterar sus propiedades, efecto o seguridad. Antes de otorgar la autorización de comercialización, todos los medicamentos son sometidos a ensayos de estabilidad y, en función de los resultados, se establecen la duración (o fecha de caducidad) y las condiciones de conservación del medicamento", explica en una entrevista con Infosalus Joaquina Huarte Royo, farmacéutica comunitaria en Pamplona (Navarra).
Por ello, y para asegurar la estabilidad y efectividad de los medicamentos defiende que hay que tener presente las condiciones especiales de conservación que figuran en el envase y en el prospecto de cada medicamento: "Unas malas condiciones de conservación pueden convertirlos en ineficaces y añadir riesgo de efectos indeseados".
La también miembro de la Comisión de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) destaca así que durante todo el año y, especialmente en verano y en vacaciones, se deben respetar las condiciones de conservación que figuran en el envase de cada medicamento:
Se deben conservar en frigorífico los medicamentos que así lo indique en el envase (símbolo de conservación en frigorífico), entre 2 y 8C.
Los medicamentos a conservar a temperatura inferior a 25 o 30C, y también los de conservar a temperatura ambiente, se deben guardar en un lugar seco y fresco. La cocina y el baño no son lugares apropiados por los cambios bruscos de temperatura y/o de humedad.
Siempre se deben guardar en su envase original para protegerlos de la exposición directa a la luz y al calor.
Durante las olas de calor, cuando los termómetros rondan los 40 grados, es necesario extremar las precauciones para mantener los fármacos en buen estado.
EXTREMAR PRECAUCIONES DURANTE LAS OLAS DE CALOR
Además, pide tener en cuenta que, durante las olas de calor, los medicamentos a conservar entre 2 y 8 C deben utilizarse tan pronto como se hayan sacado del frigorífico; si bien aquellos que deben guardarse a una temperatura inferior a 25 o 30 C, el rebasar puntualmente (algunos días o semanas) estas temperaturas no tiene consecuencias sobre la calidad de los mismos.
Además, los medicamentos que se conservan a temperatura ambiente o sin ninguna mención especial de conservación no deben ser motivo de preocupación, ya que estos medicamentos no se estropean cuando son expuestos a temperaturas de 40C durante 6 meses.
"En algunos casos no es el principio activo del medicamento el que es sensible al calor, es la forma farmacéutica para su administración. Si se observa algún cambio en la apariencia exterior (textura, color, olor o sabor) del medicamento no se debe consumir, ya que podría ser un indicador de una alteración de la calidad", mantiene Huarte.
Por ejemplo, la miembro de SEFAC dice que los supositorios, óvulos, cremas y pomadas, para protegerlas del calor, se pueden conservar en frigorífico y poner a temperatura ambiente unos minutos antes de su aplicación. Mientras, indica que los jarabes o soluciones se pueden conservar en frigorífico y se deben mantener siempre limpios el frasco, el tapón y el dispositivo dosificador.
Asimismo, algunas recomendaciones generales que aporta para el buen uso de los fármacos cuando los termómetros rondan los 40 grados son el no tomar ningún medicamento sin consejo médico, incluidos los fármacos sin receta; el evitar tomar antinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, ya que son especialmente tóxicos para el riñón en caso de deshidratación; en caso de fiebre, evitar tomar paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación; así como o reducir ni interrumpir el tratamiento habitual sin consultar con el médico.
FÁRMACOS Y FOTOSENSIBILIDAD
Otro de los aspectos a tener en cuenta sobre los fármacos y el verano, según indica la farmacéutica es que algunos pueden producir fotosensibilidad: "Los fármacos fotosensibilizantes aumentan el riesgo de reacción de la piel frente a las radiaciones solares tras su administración por vía oral o tópica. Algunos de ellos son de uso frecuente. No todas las personas reaccionan de igual manera, depende de factores genéticos y del tipo de piel".
En concreto, cita que los principales fármacos fotosensibilizantes son: antiacneicos, antihistamínicos, anticonceptivos orales, antidepresivos, diuréticos, antiinflamatorios, benzodiacepinas, antihipertensivos y antiulcerosos. "Los pacientes en tratamiento con fármacos fotosensibilzantes deben utilizar fotoprotrctores de alta protección + UVA o bien fotoprotectores físicos", apostilla.
TRANSPORTAR MEDICAMENTOS SI NOS VAMOS DE VIAJE
Por otro lado, Joanquina Huarte recuerda que ante un viaje el botiquín adecuado puede ser muy variable según las personas y el tipo de viaje, pero como regla general se debe llevar material sanitario suficiente para todas las necesidades previsibles durante el tiempo que dure el mismo.
"Los viajeros que toman medicación de forma crónica deben llevarla en cantidad suficiente. En viajes internacionales, al preparar el botiquín, hay que tener en cuenta que en algunos países en desarrollo puede ser difícil encontrar medicamentos y materiales básicos, sobre todo en las zonas rurales", aclara la farmacéutica.
En general, aconseja el siguiente botiquín básico para el viajero: "Material de cura (antisépticos, gasas, apósitos...), antitérmicos, analgésicos y antinflamatorios, antiácidos, antidiarreicos, sales de rehidratación oral, laxantes, antihistamínicos, productos de uso tópico para picaduras de insectos, repelentes de insectos, protectores solares y loción postsolar, colirios descongestivos e hidratantes, y productos para tratar el agua".
A su vez, menciona que cuando se transportan medicamentos, deben aplicarse las mismas precauciones de conservación:
Los medicamentos a conservar entre +2C y +8C deben ser transportados en condiciones que respeten la cadena de frío (embalaje isotérmico refrigerado), pero sin provocar la congelación del producto.
Los medicamentos a conservar a una temperatura inferior a 25 o a 30C, y los de conservar a temperatura ambiente, no deben ser expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol. Se aconseja, como medida de prudencia, transportarlos en un embalaje isotérmico no refrigerado.
En viajes en avión, los medicamentos se deben llevar en el bolso de mano. No deben ser transportados en la bodega, donde se coloca el equipaje facturado, pues soporta muy bajas temperaturas en el aire y los medicamentos se congelarían.