MADRID, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
El tratamiento de los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio sigue siendo un desafío importante en la medicina cardiovascular, debido a la alta tasa de recurrencia de eventos cardiovasculares y su mortalidad asociada. Un estudio reciente plantea una propuesta innovadora para mejorar los resultados de los pacientes mediante un cambio en el enfoque terapéutico.
LA IMPORTANCIA DE UN TRATAMIENTO ADECUADO TRAS UN INFARTO DE MIOCARDIO
Un trabajo de la Universidad de Lund (Suecia) plantea un cambio de algoritmo de tratamiento para ayudar a los médicos a prescribir el tratamiento hipolipemiante adecuado a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
Como recoge la Revista del Colegio Americano de Cardiología, los pacientes con infarto de miocardio que reciben medicación hipolipemiante complementaria temprana tienen un pronóstico significativamente mejor que quienes reciben el tratamiento complementario de forma tardía o no lo reciben en su totalidad, pero gracias a los resultados de este nuevo trabajo se podrían prevenir muchos nuevos infartos, accidentes cerebrovasculares y muertes.
Cabe recordar que las enfermedades cardiovasculares son, con diferencia, la causa más común de muerte en todo el mundo, y el infarto de miocardio es el evento agudo más común. En quienes sobreviven a un infarto de miocardio, el riesgo de sufrir un nuevo infarto es mayor durante el primer año tras el infarto inicial, ya que los vasos sanguíneos son más sensibles, lo que facilita la formación de coágulos. Reducir el colesterol "malo" en sangre estabiliza los cambios vasculares, lo que disminuye el riesgo de nuevos eventos.
El tratamiento habitual actual consiste en administrar estatinas de alta potencia inmediatamente después del infarto. Sin embargo, la mayoría de los pacientes no alcanzan sus objetivos terapéuticos utilizando únicamente esta medicación. Necesitan un tratamiento complementario para alcanzar los niveles de colesterol recomendados.
RESULTADOS DEL ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE LUND: TRATAMIENTO TEMPRANO VS. TRATAMIENTO TARDÍO
Así, las directrices actuales recomiendan la incorporación gradual del tratamiento hipolipemiante. Sin embargo, a menudo este incremento es demasiado prolongado, resulta ineficaz y se pierde el seguimiento de los pacientes. Esta cuestión es la que ha decidido estudiar Margrét Leósdóttir, profesora asociada de la Universidad de Lund y consultora sénior de cardiología del Hospital Universitario de Sk'ne en Malmö, Suecia.
En el estudio en cuestión, se examinó el pronóstico de los pacientes si el tratamiento complementario con ezetimiba se aplica de forma temprana (en las 12 semanas posteriores al infarto de miocardio), tardía (entre las 13 semanas y los 16 meses) o no se aplica en absoluto. Basándose en datos de un registro sueco de 36.000 pacientes que sufrieron un infarto de miocardio entre 2015 y 2022, el grupo de investigación de Margrét Leósdóttir utilizó modelos estadísticos avanzados para simular un ensayo clínico.
Los resultados muestran que los pacientes que recibieron un tratamiento combinado de estatinas y ezetimiba en las 12 semanas posteriores al infarto y lograron reducir el colesterol al nivel objetivo de forma temprana, tuvieron un mejor pronóstico y un menor riesgo de nuevos eventos cardiovasculares y muerte que quienes recibieron el tratamiento complementario de forma tardía o nunca lo recibieron. Según los resultados, se podrían prevenir muchos nuevos infartos, accidentes cerebrovasculares y muertes cada año si se modificara la estrategia de tratamiento.
La terapia combinada no se aplica desde el principio por dos razones principales. Las directrices actuales no incluyen recomendaciones generales y se aplica el principio de precaución para evitar efectos secundarios y la sobremedicación. Sin embargo, aplicar ambos medicamentos lo antes posible después del infarto ofrece beneficios. No hacerlo conlleva un mayor riesgo. Además, el fármaco que examinamos en el estudio causa pocos efectos secundarios y es fácil de conseguir y económico en muchos países.
IMPLICACIONES PARA EL FUTURO DE LA MEDICINA CARDIOVASCULAR
Margrét Leósdóttir espera que, con el tiempo, los resultados de la investigación sustenten cambios en las recomendaciones. En su hospital de Suecia ya se ha implementado un algoritmo de tratamiento para ayudar a los médicos a prescribir el tratamiento hipolipemiante adecuado a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
Así, se ha observado que los pacientes alcanzan sus objetivos de tratamiento antes, y dos meses después del infarto, el doble de pacientes han reducido su colesterol malo al nivel objetivo, en comparación con el período anterior.