MADRID 13 May. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio sugiere que el uso de antidepresivos por parte de las madres durante el primer trimestre del embarazo no aumenta las posibilidades de epilepsia y convulsiones en los bebés, según publican los investigadores en la edición online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
"Los hallazgos de este estudio son muy importantes --destaca la autora del estudio Ayesha Sujan, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos)--. El embarazo puede ser un momento difícil, y la adición de la depresión, la ansiedad y otras condiciones de salud mental puede añadir a esta carga. Estos hallazgos pueden tranquilizar a las mujeres y a sus médicos que consideran los riesgos y beneficios de la medicación".
El estudio analizó a más de 1,7 millones de niños nacidos en Suecia durante un periodo de 17 años. Los investigadores identificaron a más de 24.000 niños que habían estado expuestos a antidepresivos durante el primer trimestre del embarazo y los compararon con los que no estuvieron expuestos.
Los antidepresivos incluían medicamentos para tratar la ansiedad y la depresión, concretamente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN).
A continuación, los investigadores analizaron los ingresos hospitalarios y las visitas ambulatorias a especialistas para identificar a los niños que habían sufrido convulsiones durante el primer mes de vida o epilepsia en los primeros años de vida.
Entre los 1.551.906 niños a los que se les hizo un seguimiento durante el primer mes de vida, el 0,12%, es decir, 1.864 niños, sufrieron convulsiones neonatales; y entre los 1.367.087 niños a los que se les hizo un seguimiento de dos a 17 años, el 0,40%, es decir, 5.424 niños, fueron diagnosticados de epilepsia.
Aunque las convulsiones en el primer mes de vida eran poco frecuentes, eran más comunes entre los niños que habían estado expuestos a ISRS o IRSN durante el embarazo en comparación con los niños que no habían estado expuestos a estos antidepresivos.
Antes de ajustar por factores de las madres como la edad, la epilepsia, el nivel socioeconómico y el consumo de tabaco, hubo 1,7 por cada 1.000 niños expuestos que tuvieron una convulsión neonatal frente a 1,2 por cada 1.000 niños no expuestos que tuvieron una convulsión neonatal. Asimismo, mientras que 5,4 de cada 1.000 niños expuestos habían sido diagnosticados de epilepsia a los cinco años, 4,1 de cada 1.000 niños no expuestos habían sido diagnosticados de epilepsia a los cinco años.
Aunque los autores encontraron una mayor prevalencia de convulsiones neonatales y epilepsia entre los niños expuestos en comparación con los no expuestos, tras ajustar los factores de las madres asociados con un aumento del riesgo de convulsiones en el recién nacido, no encontraron ninguna relación entre el uso de antidepresivos por parte de las madres durante el primer trimestre y el riesgo de convulsiones o epilepsia del niño.
"Aunque varios estudios han mostrado una posible relación entre el uso de antidepresivos por parte de las madres durante el embarazo y las convulsiones en los recién nacidos y los niños pequeños, nuestro estudio sugirió que la exposición a los antidepresivos en el primer trimestre del embarazo no aumenta el riesgo de convulsiones y epilepsia en los niños --señala Sujan--. Esto podría significar que el riesgo ligeramente elevado de dichas convulsiones documentado en estudios anteriores podría deberse a otros factores, como otras enfermedades o el consumo de tabaco durante el embarazo".
Una limitación del estudio fue que el uso de antidepresivos se basó en que las mujeres informaron de su propio uso sólo durante el primer trimestre del embarazo. Los autores también señalan que examinaron la exposición en el primer trimestre, mientras que algunos estudios anteriores documentaron las asociaciones más fuertes con el uso de antidepresivos y las convulsiones o la epilepsia en los bebés hacia el final del embarazo.