Caminar 25 minutos al día, el consejo para los mayores hospitalizados en cama

Archivo - Mano de un enfermo con vía subcutánea en una cama de la UCI del Hospital de Emergencias Isabel Zendal, Madrid (España), a 20 de enero de 2021.
Archivo - Mano de un enfermo con vía subcutánea en una cama de la UCI del Hospital de Emergencias Isabel Zendal, Madrid (España), a 20 de enero de 2021. - Eduardo Parra - Europa Press - Archivo
Publicado: miércoles, 30 agosto 2023 7:49


MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Tan sólo 25 minutos al día de caminata lenta parecen ser suficientes para contrarrestar los efectos físicos perjudiciales del reposo en cama en pacientes hospitalizados de edad avanzada, según un análisis de datos publicado en la revista científica 'British Journal of Sports Medicine'.

El estudio indica que, para conseguir mejoras óptimas en la función física, lo más eficaz son unos 50 minutos diarios de caminata lenta o unos 40 minutos de actividades físicas combinadas, como 20 minutos de bandas de resistencia con unos 20 minutos de actividad aeróbica.

Sin embargo, puede existir un efecto umbral, ya que las "dosis" de más de 90 minutos/día de actividad física de intensidad ligera o 60 minutos/día de intensidad moderada no aportan ningún beneficio claro.

Las personas mayores ingresadas en un hospital, incluso las que pueden caminar sin ayuda, pasan la mayor parte de su estancia en cama. Pero este nivel de inactividad puede provocar el "síndrome posthospitalario", un periodo de vulnerabilidad tras el alta asociado a un deterioro general de la condición física.

Si no se controla activamente, puede tener diversas consecuencias, como el reingreso, la discapacidad, la necesidad de cuidados en residencias, la enfermedad o la muerte, subrayan los investigadores.

Estudios publicados recientemente indican que levantar de la cama a los pacientes hospitalizados de más edad y hacer que se muevan puede ayudar a prevenir el deterioro físico, pero no está claro qué tipo de actividad, o cuánta, puede ser la más eficaz.

Para averiguarlo, los investigadores buscaron ensayos clínicos publicados en los que participaran personas mayores de 50 años ingresadas en un hospital por una enfermedad grave y a las que se prescribiera algún tipo de actividad física durante su estancia hospitalaria.

Sólo se incluyeron los ensayos que incluían un grupo de comparación que recibía la atención habitual u otro tipo de actividad física; que evaluaban los cambios en la capacidad funcional -la capacidad de realizar actividades rutinarias de la vida diaria, por ejemplo- y que registraban cualquier consecuencia adversa, al alta o en cualquier punto de seguimiento posterior. Se incluyeron 19 ensayos clínicos de un grupo inicial de 44, con 3.842 participantes y publicados entre 2000 y 2022.

El análisis final incluyó 3.783 participantes, de los cuales más de la mitad (55%) eran mujeres, con edades comprendidas entre los 55 y los 87. La duración media de la estancia fue de 7 días y el periodo medio de seguimiento tras el alta fue de 68 días.

La agrupación de los resultados de los ensayos mostró que la "dosis" mínima necesaria para contrarrestar los efectos del reposo en cama y mejorar la capacidad funcional de los pacientes ingresados de edad avanzada se estimaba en unos 40 minutos/día de actividad física de intensidad ligera o unos 25 minutos/día de actividad física de intensidad moderada.

Y se estimó que la "dosis" óptima era de 70 minutos/día de intensidad ligera o de unos 40 minutos/día de actividad física de intensidad moderada.

Las "dosis" superiores a 90 minutos/día de intensidad luminosa o 60 minutos/día de actividad física de intensidad moderada no aportaron ningún beneficio claro, lo que sugiere un efecto de umbral.

En cuanto al mejor tipo de actividad física para prevenir el deterioro físico, se consideró que la combinación de actividad física en cualquier sesión diaria y caminar a ritmo lento eran las más eficaces.

Sin embargo, sólo caminar superó el 80 por ciento de efectividad, alcanzándose la dosis óptima en torno a los 50 minutos/día, y la dosis mínima efectiva en 25 minutos/día.

El análisis mostró que la eficacia de las intervenciones de actividad física aumentaba desde el ingreso hasta el alta, alcanzando su punto máximo en torno a los 19 días después del alta.

La tasa de caídas, el acontecimiento más frecuente tras el alta, fue similar entre los grupos de intervención y de comparación, pero aquellos a los que se prescribió actividad física experimentaron menos consecuencias adversas, en general, que los que recibieron la atención habitual.