MADRID 25 Sep. (EDIZIONES) -
La edad de la jubilación muchos la ven como un sueño, como la llegada al descanso, al confort y al disfrute de los que no han podido gozar durante la etapa laboral. No obstante, conviene a juicio de los expertos planificar con antelación esta nueva etapa vital, con hasta dos o tres años de antelación, ya que si no se puede generar un gran vacío que, en casos más extremos, lleve a la depresión.
Desde la Fundación Edad&Vida advierten de que, a pesar de que existe un porcentaje significativo de personas mayores con algún problema de salud mental (un 15% de los adultos mayores de 60 años, según la OMS), no es la edad sino otras cuestiones relacionadas con el envejecimiento (mayor predisposición al abandono, a la falta de atención y a graves pérdidas de dignidad y de respeto, mal estado de salud, hábitos alimenticios poco saludables, o la propia jubilación entre otros aspectos) los que dan lugar a problemas psíquicos.
Por ello, sostienen que, atendiendo a este razonamiento, un recién jubilado tiene más posibilidades de generar un proceso de depresión o de ansiedad que una persona de 40 años. "Esa predisposición no la provoca cumplir los 65 años sino la incertidumbre que conlleva abandonar la vida laboral activa y convertirse en pensionista. Se basa en el cambio de rol y en la intranquilidad e inseguridad de no saber si la pensión bastará para mantener un nivel de vida razonable a medio y largo plazo", advierten.
En una entrevista con Infosalus, el doctor Eugenio Marañón, geriatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, resalta por ello que lo más importante ante una jubilación es anticiparse a esta nueva etapa y planificar aquello a lo que se desea dedicar el nuevo tiempo libre con dos o tres años vista.
"Todos sabemos cuál es la fecha de nuestra jubilación si ésta está cerca. Es muy importante preparase antes, y planificar en qué vamos a dedicar nuestro tiempo, e ir adaptándonos poco a poco a ello para que, una vez que llegue el momento, no nos pille de sopetón. Incluso en algunas juntas municipales hay cursos de adaptación a la jubilación que te preparan para ello", advierte el especialista.
Así, aconseja plantearse el proceso de la jubilación como un momento no sólo de pérdida sino de oportunidad, afrontar el proceso como un momento de nuevas oportunidades, para el que hay que hacer una preparación previa.
"Es verdad que las mujeres tienen una mejor capacidad de adaptación al proceso porque han tenido con mucha más frecuencia que compaginar más actividades. En los hombres es más frecuente que haya un trastorno adaptativo del ánimo, ya que tienen menos capacidad de adaptación", añade Marañón.
El geriatra entiende también que habrá personas bien situadas económicamente que no sabrán qué hacer con su vida y eso les generará cierta ansiedad. Pero por otro lado, sostiene que es un proceso en el cual se va a disponer de menos dinero, y por eso cree que hacer una planificación previa a la fecha de la jubilación.
Con todo ello, el experto recomienda plantearse una serie de objetivos a nivel físico o funcional, hacer una planificación, y comenzar a hacer ejercicio, especialmente si no se había hecho previamente, o mantenerlo si ya se hacía de antes. "Hacer una diversificación, ejercicio aeróbico, de resistencia y de equilibrio. Hay mucha bibliografía ahora del trabajo de equilibrio para evitar fracturas y caídas, y de los beneficios del taichí, súper orientado a este tipo de población", agrega.
Por otro lado, Marañón ve conveniente mantener la estimulación cognitiva para prevenir el deterioro cognitivo propio de la edad. "Muchas veces durante el periodo de trabajo hemos dejado aficiones. Por lo que retomarlas al aumentar el tiempo libre es muy bueno. Alguna actividad de ayuda a los demás, involucrarse en alguna ONG, fomentar toda la actividad social, previene también de los trastornos depresivos", subraya el especialista del Gregorio Marañón.