MADRID 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest (EEUU) muestra que solo tres años y medio de control intensivo de la presión arterial siguen reduciendo significativamente el riesgo de deterioro cognitivo leve o demencia mucho después de interrumpir este tratamiento en adultos con hipertensión y alto riesgo cardiovascular.
Los resultados se publican en línea en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología, y ponen de relieve los beneficios sostenidos de un control agresivo de la presión arterial en la prevención del deterioro cognitivo.
El estudio 'SPRINT MIND', respaldado por los Institutos Nacionales de la Salud, incluyó a 9.361 participantes de 50 años o más en más de 100 centros clínicos de Estados Unidos y Puerto Rico. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a un objetivo de presión arterial sistólica inferior a 120 mm Hg (tratamiento intensivo) o inferior a 140 mm Hg (tratamiento estándar).
Los participantes fueron seguidos durante una mediana de siete años, con evaluaciones cognitivas realizadas tanto en persona como por teléfono. A continuación, se clasificó a los participantes como sin deterioro cognitivo, con deterioro cognitivo leve o con demencia probable.
"Descubrimos que el grupo de tratamiento intensivo tenía una incidencia sostenidamente menor de desarrollar deterioro cognitivo en comparación con los del grupo de tratamiento estándar", ha afirmado David M. Reboussin, profesor de bioestadística y ciencia de datos de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest y autor correspondiente del estudio.
Los investigadores descubrieron específicamente que los participantes en el grupo de tratamiento intensivo tenían una tasa más baja de deterioro cognitivo leve y una tasa combinada más baja de deterioro cognitivo leve o demencia probable.
En 2015, los resultados publicados del histórico ensayo 'SPRINT' mostraron que el tratamiento intensivo de la presión arterial reducía las enfermedades cardiovasculares y disminuía el riesgo de muerte en un 30-40 por ciento en personas con hipertensión. 'SPRINT' se interrumpió antes de tiempo debido al éxito del ensayo en la reducción de las enfermedades cardiovasculares.
Como consecuencia, los participantes siguieron un tratamiento intensivo para reducir la presión arterial durante un periodo más corto del previsto inicialmente. Los autores concluyeron entonces que el menor tiempo dificultaba determinar con precisión el papel del control intensivo de la presión arterial en los casos de demencia.
Cinco años después, en 2019, los resultados iniciales de 'SPRINT MIND', dirigido por la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest, mostraron que había un riesgo significativamente menor de desarrollar deterioro cognitivo leve durante hasta cinco años después de los 3,3 años iniciales de control intensivo de la presión arterial.
Estos últimos resultados del 'SPRINT MIND' mostraron la misma reducción significativa observada anteriormente en las tasas de deterioro cognitivo, pero durante un período más largo, de al menos siete años.
"Nuestro estudio demuestra que el control intensivo de la presión arterial es una estrategia importante para prevenir el deterioro cognitivo, una de las principales causas de pérdida de independencia en las personas mayores", ha afirmado el catedrático de gerontología y medicina geriátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest, Jeff Williamson.
"Reducir la presión arterial a objetivos más agresivos puede mejorar la calidad de vida y prolongar la vida activa de las personas con hipertensión", ha finalizado.