MADRID, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
Tener combinaciones específicas de problemas de salud subyacentes es un riesgo significativo de peores resultados de salud en los adultos mayores que han tenido una fractura, según muestra un nuevo estudio del Instituto Garvan de Investigación Médica, en Australia, publicado en la revista 'JAMA Network Open'.
El estudio se realizó en más de 300.000 daneses de 50 años o más que habían sufrido una fractura. En los pacientes con fracturas más cercanas al centro del cuerpo (por ejemplo, en la cadera, la columna vertebral, la parte superior del brazo o la pierna), los investigadores descubrieron una tasa de mortalidad superior a la esperada para la población general de la misma edad. Si esas personas con fracturas tenían también afecciones múltiples o complejas, el riesgo de mortalidad era de nuevo mayor.
Los investigadores descubrieron que ciertos grupos de afecciones se asociaban a una mayor tasa de mortalidad, lo que sugiere que esta información podría ser utilizada por los médicos para destacar a los pacientes que podrían requerir una atención médica más intensiva.
"Se trata de un estudio importante que podría cambiar realmente la forma en que proporcionamos tratamiento médico a los adultos mayores --resalta la profesora Jacqueline Center, jefa del laboratorio de Estudios Clínicos y Epidemiología y autora principal del estudio--. Puede ser potencialmente una nueva forma de pensar sobre cómo vemos a las personas con fracturas, teniendo en cuenta el lugar de la fractura a la luz de sus condiciones específicas de salud subyacentes".
Normalmente, el tratamiento de enfermedades como la osteoporosis, las cardiopatías o la diabetes se considera en función de cada una de ellas. Sin embargo, estos nuevos hallazgos sugieren que el análisis de grupos de enfermedades subyacentes podría indicar que alguien tiene un alto riesgo de sufrir peores resultados, más allá del riesgo de la enfermedad que se está tratando.
Los investigadores descubrieron que las enfermedades crónicas en el momento de la fractura se agrupaban de forma natural en cinco grupos específicos en el caso de los hombres y en cuatro en el de las mujeres: un grupo relativamente más sano con una sola enfermedad o ninguna, un grupo cardiovascular, un grupo de diabéticos y un grupo de cáncer con un grupo adicional de hígado/inflamatorio en el caso de los hombres.
El científico visitante Robert Blank añade que "no basta con contar otras enfermedades. También hay que tener en cuenta su gravedad y sus combinaciones. Muchos pacientes con antecedentes de cánceres anteriores, por ejemplo, no estaban en lo que llamamos el grupo de cáncer, pero el grupo de cáncer incluía prácticamente a todos los que tenían indicios de cáncer avanzado --explica--. El mismo tipo de clasificación por gravedad se observó también en los otros grupos".
Curiosamente, las fracturas situadas más cerca del centro del cuerpo, como las de cadera, vértebras o huesos de la parte superior del brazo, tenían un mayor riesgo de mortalidad. Por el contrario, las personas del grupo sano que tenían fracturas más alejadas del cuerpo, como las de las manos y los antebrazos, no presentaban prácticamente ningún aumento de la tasa de mortalidad.
La presencia de grupos específicos de condiciones de salud en las personas agravó la probabilidad de muerte tras estas fracturas, mucho más que las fracturas o las condiciones de salud por sí solas. Por ejemplo, la tasa de mortalidad tras una fractura de cadera entre los hombres del grupo de cáncer fue un 41% mayor que la de los hombres de edad similar de la comunidad general. Y la diabetes en personas por lo demás sanas no se asoció a un mayor riesgo de mortalidad, pero sí lo hizo la diabetes en combinación con enfermedades cardíacas, vasculares o renales.
"Esta investigación pone de manifiesto que existe una interacción entre la fractura y el conjunto de enfermedades del paciente -su salud subyacente- y que podría ser una buena forma de identificar a las personas de riesgo --afirma el doctor Thach Tran, de Garvan, primer autor del estudio--. Podemos identificar a las personas a las que probablemente les vaya mal.
"Y lo que es más importante, las conclusiones de esta investigación pueden ser aplicables a muchos entornos de enfermedades en los que se producen eventos centinela con trastornos de salud preexistentes", añade.
No se sabe por qué existe la conexión entre las múltiples afecciones subyacentes, el tipo de fractura y los malos resultados, pero el profesor Center cree que podría ser la interacción con el hueso y el sistema inmunitario.
"El hueso no es inerte --prosigue--. Cuando se rompe un hueso, aumenta el recambio óseo y los factores inflamatorios asociados, y sospecho que en las enfermedades subyacentes este proceso no está bien controlado y una fractura puede alimentar los problemas de salud subyacentes".
Los siguientes pasos son determinar si estos grupos son evidentes en otras enfermedades -si son universales- y si pueden utilizarse como herramienta de predicción para los médicos.