MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los factores de riesgo relacionados con el deterioro cognitivo en los adultos mayores explican una cantidad sorprendentemente modesta sobre la gran variación en las capacidades mentales entre las personas mayores, según un nuevo estudio publicado en la revista 'PLoS ONE'.
Los investigadores descubrieron que los factores más comúnmente asociados con el funcionamiento cognitivo, incluidos el estatus socioeconómico, la educación y la raza, explicaban sólo el 38% de la variación en el funcionamiento entre los estadounidenses de 54 años.
Los comportamientos saludables, como evitar la obesidad y el tabaquismo y practicar ejercicio físico intenso, tenían efectos muy reducidos en el funcionamiento cuando se alcanzaba la mitad de la cincuentena.
Además, los factores estudiados sólo explicaban el 5,6% de la variación en la rapidez con la que disminuía el funcionamiento cognitivo de las personas de entre 54 y 85 años.
"Todavía hay mucho que no sabemos sobre por qué el funcionamiento cognitivo varía tanto entre los adultos mayores --señala Hui Zheng, autor principal del estudio y profesor de sociología en la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos)--. Urge seguir investigando para descubrir las principales causas de la rapidez con que disminuye el funcionamiento cognitivo y cómo podemos ralentizar su progresión".
Los datos proceden de 7.068 participantes en el Estudio de Salud y Jubilación 1996-2016 de Estados Unidos. Los participantes habían nacido entre 1931 y 1941. Los investigadores midieron su funcionamiento cognitivo a los 54 años y cómo disminuía hasta los 85.
El estudio proporciona un análisis más sólido que otros anteriores porque utilizó una muestra amplia y representativa a nivel nacional y siguió a los participantes durante décadas, empleando una amplia gama de posibles predictores del funcionamiento cognitivo, dijo Zheng.
El factor predictivo más importante del funcionamiento cognitivo a los 54 años fue la educación, que explicaba alrededor del 25% de la diferencia entre las personas, según los resultados. Le seguían la raza, la riqueza y los ingresos del hogar, la educación de los padres, la ocupación y la depresión.
La contribución de las enfermedades crónicas, las conductas de salud, el sexo, el estado civil y la religión fue más bien escasa, inferior al 5%.
Los investigadores descubrieron que la variación en el funcionamiento cognitivo a los 54 años era tres veces mayor que la variación en la rapidez con la que los participantes empeoraron en los 30 años siguientes.
"Descubrimos que la tasa de deterioro cognitivo era mucho más similar entre los participantes que la línea de base del funcionamiento cognitivo que encontramos a los 54 años", recuerda Zheng.
En conjunto, todos los factores examinados en este estudio sólo explicaban el 5,6% de la variación en el deterioro del funcionamiento cognitivo con la edad.
"Desde el punto de vista de la intervención, eso sugiere que es mucho más importante tratar de mejorar el funcionamiento en la línea de base que tratar de ralentizar el ritmo de declive", añade.
Zheng destaca que un hallazgo particularmente interesante fue que el número de años de educación no se asoció con la tasa de declive en el funcionamiento después de los 54 años, pero tener un título universitario sí tuvo un pequeño efecto protector, que explicó el 1,7% de la variación en el declive con la edad.
El valor de un título universitario respalda la hipótesis de la "reserva cognitiva" según la cual, en algunas personas, sus cerebros tienen la capacidad de encontrar formas alternativas de resolver problemas y hacer frente a los retos cuando sufren algún tipo de daño cerebral.
"La universidad puede proporcionar un entorno especialmente rico para el desarrollo cognitivo que puede ayudar a las personas a desarrollar esta reserva cognitiva", sugiere Zheng.
Una explicación del deterioro del funcionamiento cognitivo que este estudio no pudo explicar es un factor genético: el gen APOE4. Se ha descubierto que este gen aumenta el riesgo de desarrollar demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer.
Pero otros estudios demuestran que la demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer, sólo representa el 41% del deterioro cognitivo entre las personas mayores.
"El deterioro cognitivo es generalizado en los adultos mayores, incluso en los que no padecen demencia, por lo que es importante estudiar otros factores predictivos del funcionamiento y el deterioro cognitivos --indica Zheng--, pero aun así, nuestro estudio plantea más preguntas que respuestas. Nos queda mucho camino por recorrer para comprender las trayectorias del funcionamiento cognitivo en los adultos mayores".