MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota y la Clínica Mayo (Estados Unidos) ha revelado un posible nuevo enfoque para prevenir la muerte y la enfermedad grave en personas mayores infectadas por el SARS-CoV-2, el virus que provoca la COVID-19.
Los investigadores demostraron en un estudio preclínico que los fármacos senolíticos (que retrasan el envejecimiento celular) reducían significativamente la mortalidad tras la infección por un coronavirus estrechamente relacionado con el SARS-CoV-2 en ratones de edad avanzada.
Las células senescentes, que son células del cuerpo que están dañadas, contribuyen a la inflamación, a múltiples enfermedades crónicas y a la pérdida de resistencia relacionada con la edad, y se acumulan en nuestro cuerpo a medida que envejecemos. Los fármacos senolíticos eliminan selectivamente las células senescentes del organismo.
El equipo de investigación trató de descubrir por qué las personas mayores son más vulnerables a estos resultados adversos. La hipótesis del equipo era que se trataba de células senescentes y que eliminarlas con senolíticos haría retroceder la inflamación y permitiría una mejor respuesta a la infección viral.
"Queríamos determinar si la intervención terapéutica sobre los mecanismos fundamentales del envejecimiento, como la senescencia celular, podría reducir la morbilidad y la mortalidad tras una infección vírica", explica la doctora Christina Camell, primera autora del estudio.
Los investigadores descubrieron que los ratones más viejos expuestos por primera vez a un coronavirus de ratón experimentaban una mortalidad de casi el 100 por cien, mientras que los ratones jóvenes apenas enfermaban. Cuando trataron a los ratones más viejos con fármacos senolíticos tras la infección, su tasa de supervivencia aumentó al 50 por ciento. Los fármacos senolíticos redujeron la mortalidad, la senescencia celular y los marcadores inflamatorios y aumentaron los anticuerpos antivirales.
"El hecho de que los senolíticos hayan funcionado para proteger a los organismos ancianos de una infección vírica demuestra que este enfoque es acertado. Al deshacerse de una parte de la biología del envejecimiento, las células senescentes, con los senolíticos, los ratones más viejos fueron capaces de resistir el estrés de la infección. Esto sugiere que la reducción de la carga de células senescentes en personas enfermas o de edad avanzada podría mejorar su capacidad de recuperación y reducir el riesgo de muerte por COVID-19", apunta otro de los autores, Paul Robbins.
Estos resultados en ratones han sustentado el inicio de dos ensayos clínicos para reducir la mortalidad en pacientes ancianos con COVID-19. El equipo también tiene previsto estudiar si las células senescentes contribuyen al efecto de larga duración en muchos supervivientes de la COVID-19.