MADRID 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
Mantener la mente activa durante el verano y aprovechar esta época para incorporar hábitos saludables en el día a día puede ser clave para reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer, especialmente en el caso de las personas mayores, según han destacado expertos de Sanitas Mayores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo y cada año se suman casi 10 millones de casos nuevos. El Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60 y un 70 por ciento del total de los casos. En el periodo estival, cuando las rutinas cambian y el calor extremo puede disminuir la actividad física, es crucial adoptar hábitos que estimulen el cerebro y promuevan el bienestar cognitivo.
Por ejemplo, se puede optar por la lectura diaria de libros, revistas o periódicos, que mejora aspectos como la concentración, pero también contribuye a ampliar el conocimiento y mantener el cerebro en funcionamiento. Participar en juegos de mesa o realizar crucigramas, sudokus y rompecabezas fomenta la agilidad mental y ayuda a mantener las capacidades cognitivas.
Otra opción es inscribirse en talleres, cursos o actividades formativas, ya sea de manera presencial u online, lo que contribuye a mejorar aspectos como la autoestima al aprender algo nuevo, estimula el cerebro y promueve la neuroplasticidad. Además, participar en actividades comunitarias beneficia al bienestar emocional, a la salud mental y a las capacidades cognitivas.
Precisamente, la interacción social es clave para prevenir el aislamiento y mantener el cerebro activo, por lo que los especialistas han resaltado la importancia de mantenerse en contacto regularmente con familiares y amigos. Es muy beneficioso aprovechar las reuniones familiares para fortalecer los lazos emocionales y compartir recuerdos, lo que por otra parte también estimula la memoria. En este sentido, la tecnología también puede ser una gran aliada para mantener el contacto.
Por otra parte, la alimentación juega también un papel fundamental para la salud cerebral. "Consumir una dieta rica en antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos omega-3 puede mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de Alzheimer", ha subrayado la nutricionista de Blua de Sanitas Nuria Cañas Cano.
En concreto, Cañas ha indicado los beneficios de las frutas y verduras ricas en polifenoles, como los frutos rojos, el brócoli, las uvas o las alcachofas, que son potentes antioxidantes que protegen las células cerebrales del daño. Los pescados grasos, entre los que se encuentran el salmón y la sardina, altos en omega-3, son cruciales para el buen funcionamiento del cerebro.
Asimismo, la vitamina E y la fibra, junto al ya mencionado omega-3, pueden adquirirse a través del consumo de frutos secos y semillas. Los granos enteros aportan energía de manera constante, mientras que beber suficiente agua mantiene el cerebro bien hidratado y en pleno funcionamiento.
"La adopción de hábitos saludables que incluyan la estimulación mental y una dieta equilibrada es esencial para mantener la salud cerebral en las personas mayores. Estos cambios no solo pueden retrasar la aparición de síntomas de Alzheimer, sino que también mejoran la calidad de vida de estas personas en general", ha concluido la nutricionista.