¿El fin del Alzheimer? Las vacunas como esperanza ante el imparable aumento de casos

Archivo - Jeringa médica primer plano con una vacuna.
Archivo - Jeringa médica primer plano con una vacuna. - MARIANVEJCIK/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 15 abril 2025 8:31

   MADRID, 15 Abr. (EDIZIONES) -

   Actualmente 800.000 personas padecen Alzheimer en España, y se diagnostican al año unos 40.000 nuevos casos. Se trata de la principal causa de demencia en nuestro país, pero también de la patolgoía que mayor discapacidad genera entre las personas de edades avanzadas, tal y como destaca la Sociedad Española de Neurología (SEN).

   En la actualidad, los fármacos disponibles en el campo del Alzheimer sólo luchan contra los síntomas, contra el avance de la enfermedad, y no son capaces de curar al paciente, de erradicar la enfermedad, pero tampoco de prevenirla. Por eso tan importante el estilo de vida en la prevención en esta enfermedad y de forma incesante se buscan nuevas fórmulas con las que evitar su aparición o desarrollo.

   De hecho, tradicionalmente, la prevención del Alzheimer se ha centrado en la dieta, en el ejercicio, y en el control de factores de riesgo cardiovascular, por citar algunos cambios relacionados con los hábitos saludables de la persona; si bien en los últimos años se han desarrollado ensayos clínicos de vacunas dirigidas contra la proteína beta-amiloide, uno de los principales marcadores del Alzheimer.

UN DEPÓSITO ANORMAL DE PROTEÍNAS Y EL CEREBRO SE INFLAMA

   Nos cuenta en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el doctor Mario Riverol Fernández, que lleva años trabajando en una vacuna frente al Alzheimer, que en esta patología neurodegenerativa se produce el depósito anormal de dos proteínas en el cerebro, la proteína Tau y el amiloide que antes hemos citado: "Se piensa que, si se eliminan estas proteínas del cerebro, se conseguiría parar la evolución de la enfermedad".

   Pero es que, según prosigue, en la enfermedad de Alzheimer, además del depósito anormal de proteínas amiloide y Tau, también se produce una inflamación en el cerebro, algo que igualmente sucede en otras patologías neurodegenerativas, según subraya, si bien se desconoce si esta reacción inflamatoria es beneficiosa o, por el contrario, empeora el problema neurodegenerativo.

CASI 3 DÉCADAS BUSCANDO UNA VACUNA CONTRA EL ALZHEIMER

   Reconoce que las vacunas contra el Alzheimer no son tan recientes. Dice que ya a comienzos de los 2000 se diseñó una vacuna contra el amiloide y se aplicó en pacientes con enfermedad de Alzheimer. "Este ensayo clínico se tuvo que parar ya que produjo, como efecto adverso grave, la presencia de inflamación en el cerebro, y el fallecimiento de pacientes", lamenta el neurólogo de CUN.

   El doctor Riverol señala que, posteriormente, se han diseñado vacunas que no tuvieron ese efecto adverso provocado por la excesiva estimulación del sistema inmune. "Por el momento, se ha visto que las vacunas se toleran bien e inducen a la formación de anticuerpos contra el amiloide, pero se está pendiente de nuevos ensayos clínicos para valorar su eficacia", indica.

   Por otro lado, celebra que también se han desarrollado vacunas contra la proteína Tau: "Hay ensayos clínicos recientes en los que se está probando la seguridad y eficacia en sujetos sin síntomas cognitivos, pero con marcadores de riesgo de poder desarrollar Alzheimer".

POR QUÉ NO SE OBTIENEN LOS RESULTADOS ESPERADOS

   Sobre por qué hasta la fecha las vacunas contra el Alzheimer no han logrado los resultados esperados, este neurólogo explica, en primer lugar, que es importante tener en cuenta el hecho de que las vacunas no produzcan una excesiva estimulación del sistema inmune que dé lugar a la inflamación cerebral que se vio con la primera vacuna.

   Por otro lado, considera fundamental que la vacuna induzca al sistema inmune a producir los anticuerpos contra las proteínas del Alzheimer, ya sea amiloide o Tau. "Y que esa producción de anticuerpos se prolongue durante mucho tiempo (por ejemplo, con dosis de recuerdo de la vacuna cada cierto tiempo). Por otro lado, hay que comprobar que efectivamente las vacunas previenen o ralentizan la evolución del Alzheimer", asevera.

¿LA VACUNA SERÁ LA SOLUCIÓN?

   Con todo ello, le preguntamos a este experto neurólogo si cree que, en un futuro, veremos una vacuna efectiva contra el Alzheimer o, por el contrario, considera que la clave estará en combinar diferentes estrategias terapéuticas.

   En opinión de este doctor, la enfermedad de Alzheimer es "muy compleja", y por ello, quizás, el plantear que con un sólo fármaco se va a curar "es poco realista en el momento actual". Eso sí, admite que, si se llega a conocer el mecanismo concreto que produce la enfermedad, al incidir en él, se podría evitar que esta patología se expresara. "Sin embargo, no conocemos bien estos mecanismos y, actualmente trabajamos sobre hipótesis teóricas", indica este neurólogo de Clínica Universidad de Navarra.

LA APORTACIÓN DE VACUNAS FRENTE A LA GRIPE O EL NEUMOCOCO

   En este momento de la entrevista le preguntamos por algunos estudios científicos que sugieren que vacunas como la de la gripe o la vacuna del neumococo podrían reducir el riesgo de Alzheimer. ¿Qué evidencias científicas respaldan esta hipótesis? Este neurólogo subraya que, efectivamente, hay estudios que muestran que las personas que se vacunan contra la gripe o el neumococo tienen un menor riesgo de desarrollar Alzheimer.

   "Sin embargo, no está muy claro cuál puede ser el mecanismo subyacente, y las evidencias son limitadas. Por el momento, no hay recomendaciones de vacunarse contra estos gérmenes para prevenir la enfermedad de Alzheimer. Sería preciso hacer ensayos clínicos de vacunas contra estos gérmenes en sujetos cognitivamente sanos para evidenciar que previenen efectivamente tener Alzheimer", indica Riverol.

   Finalmente, le preguntamos por las terapias basadas en anticuerpos, también estudiadas en el campo del Alzheimer. "Terapias en las que se administran anticuerpos contra la proteína amiloide ya han demostrado que, efectivamente, disminuyen esta proteína en el cerebro, además de ralentizar la evolución de la enfermedad de Alzheimer. Lo ideal sería que el propio sistema inmune de la persona pudiera generar esos anticuerpos y evitar la aparición de Alzheimer, incluso antes de que se presenten los primeros síntomas", asegura este experto.

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