MADRID 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Computación de la Florida Atlantic University (Estados Unidos) han sido los primeros en comparar cuantitativamente el desempeño de adultos mayores sanos versus adultos mayores con deterioro cognitivo leve (DCL) al caminar en línea recta y en curva. El deterioro cognitivo leve es la etapa inicial del deterioro cognitivo y las personas con deterioro cognitivo leve tienen un riesgo mucho mayor de sufrir la transición a la enfermedad de Alzheimer (EA).
Los resultados de esta comparativa, publicados en el 'Journal of Alzheimer's Disease Reports', mostraron que caminar en curvas supuso mayores desafíos para el grupo con deterioro cognitivo leve y superó a caminar en línea recta en la detección de deterioro cognitivo leve. Además, varios marcadores de la marcha mostraron diferencias significativas entre los controles sanos y los pacientes con deterioro cognitivo leve.
Para el estudio, los investigadores utilizaron una cámara de profundidad, que puede detectar y rastrear 25 articulaciones del movimiento corporal, para registrar la marcha de los participantes del estudio mientras realizaban las dos pruebas de marcha diferentes (recta versus curva). Se procesaron señales de las 25 articulaciones del cuerpo para extraer 50 marcadores de la marcha para cada prueba, y estos marcadores se compararon entre los dos grupos mediante análisis estadísticos descriptivos.
Los marcadores de la marcha incluyeron dos macromarcadores (velocidad promedio y cadencia), 24 micromarcadores temporales (duración de los pies para varias subfases del ciclo de la marcha, como las fases de postura, balanceo, paso y zancada), marcadores microespaciales (cambios de ubicación de los pies para varias subfases del ciclo de la marcha) y seis micromarcadores espaciotemporales (velocidad de los pies para varias subfases del ciclo de la marcha). Estos marcadores proporcionaron información detallada sobre el desempeño funcional de los participantes durante las pruebas de marcha.
Los hallazgos mostraron que 31 de 50 marcadores de la marcha (62 por ciento) fueron mayores para el grupo con deterioro cognitivo leve que para los adultos mayores de control sanos cuando las pruebas de caminata cambiaron de caminar recto a caminar en curva, y 13 marcadores mostraron diferencias significativas entre los dos grupos de estudio.
"Curiosamente, la marcha en curva iluminó disparidades notables entre nuestros grupos de estudio, incluso para estos macromarcadores de la marcha. El grupo MCI exhibió una longitud y velocidad de paso promedio notablemente más bajas durante la caminata en curva, junto con una mayor variabilidad en la mayoría de los marcadores de micromarcha", expone Behnaz Ghoraani , autor principal, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Tecnología de la Facultad de Ingeniería de la Florida Atlantic University (FAU) en Estados Unidos. "El grupo con deterioro cognitivo leve mostró una simetría y regularidad disminuidas tanto en la longitud de los pasos como en las zancadas al caminar en curva. También requirieron un tiempo de doble apoyo prolongado en varias áreas, especialmente al cambiar de dirección, lo que resultó en una velocidad de paso reducida".
Los resultados del estudio no mostraron diferencias significativas en la distribución de edad y género entre los dos grupos. Sin embargo, los dos grupos tuvieron diferencias significativas en el índice de masa corporal (IMC), los años de educación y las puntuaciones de la Escala de Depresión Geriátrica (GDS). Los participantes con deterioro cognitivo leve tenían un IMC más alto, niveles de educación más bajos y puntuaciones GDS más altas que los adultos mayores sanos.
"El deterioro cognitivo leve puede ser un signo temprano de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia", relata Ghoraani. "Nuestro enfoque integral mejora la comprensión de las características de la marcha y sugiere que caminar en senderos curvos puede ser más sensible para detectar demencia cognitiva leve, lo que puede complementar las evaluaciones cognitivas y ayudar en el diagnóstico y tratamiento tempranos".
La detección clínica precisa y temprana de la enfermedad de Alzheimer sigue siendo un desafío. Las evaluaciones clínicas típicas incluyen una historia clínica detallada, un examen físico y neurológico completo, pruebas cognitivas, análisis de sangre e imágenes cerebrales. Sin embargo, dependiendo del entorno clínico, estos métodos pueden llevar mucho tiempo, ser costosos y estar fuera del nivel de comodidad de algunos médicos.
El estudio llena este vacío mediante el uso de un sistema novedoso para registrar la marcha en adultos mayores que emplea una cámara de profundidad no invasiva, de bajo costo, no portátil y de fácil configuración, que es un paso crucial para mejorar la atención al paciente y las estrategias de intervención.
"Estos marcadores de la marcha ofrecen un potencial prometedor como indicadores tempranos de deterioro cognitivo y sientan las bases para una investigación amplia en este dominio", concluye Stella Batalama, decana de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Computación de la FAU. "Los impactos de este estudio también se extienden a la práctica clínica al proporcionar métodos mejorados de detección y seguimiento que pueden replicarse fácilmente con costos y tiempo mínimos en el entorno clínico".