MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una fractura por fragilidad ósea incrementa hasta en un 290% el riesgo de sufrir nuevas fracturas, según el responsable de Aparato Locomotor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el doctor Carlos Bastida quien advierte que "existe una evidente crisis" en el manejo de estas fracturas, a pesar de su coste socioeconómico y mortalidad.
Se calcula que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura por fragilidad a lo largo de su vida. "La osteoporosis pasa 'fractura' ya que va a hacer que los huesos sean más frágiles, menos resistentes y se rompan en una caída desde la propia altura, lo que en un hueso normal no osteoporótico no ocurriría", señala Bastida.
En España hubo en 2017 un total de 330.000 fracturas clínicas por fragilidad, que supusieron un coste económico directo de unos 4.200 millones de euros. Si se sigue a este ritmo, sin tomar medidas, en 2030 representarán un coste aproximado de unos 5.500 millones euros, es decir, un incremento del 30,6 por ciento.
Para el experto el objetivo es que en España se "priorice la detección y valoración de los pacientes" que hayan sufrido una fractura por fragilidad a consecuencia de la osteoporosis, ya que así se lograría "disminuir unas 1.249 nuevas fracturas cada año y ahorrar unos 18,4 millones de euros cada año", tal y como se puso de manifiesto en el XXVI Congreso Nacional de Medicina General y de Familia celebrado en mayo en Santiago de Compostela.
MÁS DEL 40% EN ALTO RIESGO NO TIENE TRATAMIENTO
En España unos 2,8 millones de personas sufren osteoporosis, de las cuales, 2,2 millones son mujeres. En concreto, la prevalencia en España se sitúa en torno al 22,5% en mujeres y 6,8% en hombres, una cifra muy parecida a los países europeos de nuestro entorno.
Estas fracturas por fragilidad suponen, ha añadido, "una pérdida muy importante de la calidad de vida de quienes las padecen: afecta tanto en el plano físico como emocional, modificando completamente sus actividades diarias y sus niveles de interacción social". Asimismo, aumenta el riesgo de mortalidad, ha advertido.
Las consecuencias de esta mala valoración es que más del 40% de pacientes que están con alto riesgo de fractura no reciben ningún tipo de tratamiento; o que más del 25% de los pacientes que sufrieron una fractura de cadera no recibían tratamiento previo, a pesar de que el 20% de ellos habían tenido una fractura previa.
"Es totalmente necesario que detectemos al menos a esos pacientes que han sufrido una fractura por fragilidad y les indiquemos un tratamiento adecuado e individualizado, buscando precisamente disminuir ese riesgo de sufrir nuevas fracturas", ha añadido el portavoz de la SEMG.