MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Algunos de los genes afectados por el consumo de alcohol eliminan la proteína beta amiloide, la cual contribuye al daño neuronal y cognitivo y, por ende, al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, según ha evidenciado un trabajo realizado por investigaciones de la Universidad de Illinois en Chicago (Estados Unidos).
Publicado en el 'Journal of Neuroinflammation', en el trabajo se ha estudiado qué genes se veían afectados por el alcohol y los altos niveles de inflamación en las células microgliale, las cuales soportan las células neuronales en el cerebro y en otras partes del cuerpo y cuya función es englobar y digerir las placas de proteína beta amiloideas, características de la enfermedad de Alzheimer, en un proceso conocido como fagocitosis.
Además, estudios previos ya habían descubierto que las células microgliales expresan altos niveles de marcadores inflamatorios debido a la exposición crónica al alcohol. Ante estos datos, los científicos expusieron durante 24 horas células microgliales de rata al alcohol, así como sustancias químicas proinflamatorias llamadas citoquinas para, posteriormente, y a alcohol y a las citoquinas-
De esta forma, y tras analizar los cambios en la expresión génica en cada condición, los investigadores descubrieron que la expresión génica se alteró para 312 genes bajo la condición de alcohol; para 3.082 en el caso de la condición proinflamatoria, y para 3.552 en el alcohol y la condición proinflamatoria.
"Entre los genes que vimos alterados estuvieron muchos involucrados en la fagocitosis, siendo la primera vez que esto se ha demostrado. Nuestros sugieren que el alcohol impide la capacidad de la microglía para mantener el cerebro libre de beta amiloide y puede contribuir al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer", han explicado los científicos.
Finalmente, y después de que los investigadores expusieran las células a niveles de alcohol a dosis comparables a las encontradas en personas que han bebido en exceso, descubrieron que la fagocitosis microglial se reprimía significativamente en alrededor del 15 por ciento de las personas después de una hora.