VALÈNCIA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una investigación realizada por la doctora Carolina Mir, médico del centro de salud Fuensanta de València, ha permitido detectar al anciano 'frágil' en atención primaria y analizar su coste sanitario. La prueba que se utiliza para cuantificar la movilidad y la capacidad funcional de los pacientes ancianos es el test 'Up and go' -'Levántate y anda'-, según ha informado la Generalitat en un comunicado.
Esta prueba se correlaciona con otras que evalúan el equilibrio y la marcha, por tanto se considera "fiable y válida para identificar la agilidad de los ancianos". Destaca por su fácil realización respecto a otras y porque no requiere de personal experto que la evalúe, por lo que puede ser útil también en el seguimiento de los cambios clínicos en el tiempo, ha explicado Carolina Mir, cuya tesis doctoral ha sido defendida en la Facultad de Medicina de la Universitat de València y ha obtenido un sobresaliente cum laude con mención a premio extraordinario.
Los ancianos frágiles tienen más riesgo de caídas que el anciano no frágil, pérdida de la autonomía, fracturas e incluso riesgo de morir. La identificación de la situación de fragilidad para implantar medidas de prevención es "de vital interés", sobre todo en aquellas personas que, a pesar de sufrir otros diagnósticos, no presentan una condición que determine ese déficit funcional que eventualmente le va a llevar a sufrir una enfermedad.
El trabajo de Carolina Mir, en el CS Fuensanta del departamento de Salud-Valencia Hospital General, ha consistido en evaluar la utilidad del test up and go en la detección del anciano frágil en individuos de entre 70-85 años y la valoración del gasto sanitario de estos pacientes en atención primaria. La prevalencia de fragilidad según el test up and go en esta investigación discrimina a aquellos que cumplen los factores de riesgo de fragilidad, de forma similar a otras evaluaciones más complejas, costosas y difíciles de implantar en atención primaria.
En Atención Primaria se atienden en primera línea los problemas del anciano y la cronicidad. Por tanto, son los encargados de detectar si el anciano se encuentra en situación de fragilidad y vulnerabilidad.
Según la doctora Mir, "es una buena prueba de discriminación del deterioro funcional, y por tanto del estado de fragilidad en los ancianos, con mayor utilidad en las mujeres". La edad y el sexo fueron los principales factores de riesgo de fragilidad y el ejercicio físico fue el único factor protector. Las caídas fueron el principal evento adverso asociado a los pacientes clasificados como frágiles por el test up and go.
EL COSTE DE LA FRAGILIDAD, 3.000 EUROS AL AÑO
El coste de la fragilidad según el cribado del test up and go es superior al de los no frágiles, y se estima en más de 3.000 euros al año. El incremento del gasto sanitario que supone la fragilidad, estimula a la creación de estrategias basadas en el ejercicio físico para la contención del gasto sobre todo en tiempos de crisis.
La tesis ha sido dirigida por Francisco Antón García, coordinador del centro de salud de Fuensanta y José Vicente Sorlí Guerola, profesor ayudante doctor del Departamento de Medicina Preventiva de la Facultat de Medicina de la UV.
Además, se prevé que esta investigación llevada a cabo en el entorno de atención primaria sea la antesala de otros proyectos de investigación basados en la prevención de la fragilidad mediante la incentivación del ejercicio físico, como es el proyecto ACTIVA, galardonado con el premio Dr. López-Trigo 2016 de esta investigadora.