MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una investigación en el registro de dispensación de farmacias comunitarias y hospitalarias del Servicio Regional de Salud de Madrid (SERMAS), realizada durante los primeros seis meses de 2017, ha evidenciado que más de un tercio de los adultos mayores de 65 años con infección por VIH reciben al menos un medicamento cuyos riesgos asociados superan los beneficios potenciales.
Según esta investigación, presentada en la '17th European AIDS Conference', que se ha celebrado del 6 al 9 de noviembre en Basilea (Suiza), en la mayoría de las ocasiones estos medicamentos potencialmente inapropiados eran benzodiacepinas y antiinflamatorios no esteroideos. Los autores sugieren que se pongan en marcha intervenciones dirigidas a reducir la prescripción inadecuada de medicamentos en esta población vulnerable.
El aumento de la esperanza de vida de las personas con infección por VIH gracias al tratamiento antirretroviral (TAR) ha hecho que cada vez sea mayor el número de personas con VIH que alcanzan la vejez. "Estas personas tienen un riesgo aumentado de desarrollar las comorbilidades propias de la edad avanzada y, por lo tanto, están expuestos a los riesgos de la polifarmacia y las interacciones medicamentosas", explican los responsables del estudio, en el que han participado investigadores del SERMAS, GeSIDA o la Red Española de Investigación del Sida-RIS.
Los autores añaden que, en general, el problema de la medicación potencialmente inapropiada es "particularmente frecuente" en personas mayores. En primer lugar, por los cambios fisiológicos relacionados con la edad que favorecen las reacciones adversas a los medicamentos; y en segundo lugar, porque las personas mayores "a menudo padecen múltiples enfermedades crónicas y, por lo tanto, toman una mayor cantidad de medicamentos, en comparación con otros grupos de edad".
Los investigadores estudiaron la población de la Comunidad de Madrid en el primer semestre de 2017. La fuente de datos fue el registro de dispensación de farmacias comunitarias y hospitalarias del SERMA, que permite el acceso a la información demográfica y a todos los medicamentos antirretrovirales y no antirretrovirales dispensados en las farmacias comunitarias y hospitalarias de la región madrileña.
A efectos de este estudio, fueron considerados adultos mayores con VIH aquellas personas infectadas por el virus con edad igual o superior a 65 años. Los medicamentos no antiretrovirales se clasificaron de acuerdo con el Sistema de Clasificación Anatómica Terapéutica Química (ATC). Se consideró que existía polifarmacia cuando los pacientes tomaban al menos 5 medicamentos no antiretrovirales.
MEDICAMENTOS POTENCIALMENTE INADECUADOS
Durante el período de estudio, 6.636.451 personas diferentes recibieron medicamentos en la Comunidad de Madrid, de los cuales 22.945 eran personas que estaban infectadas por el VIH. De estas últimas, 1.292 tenían al menos 65 años. En este grupo de adultos mayores con VIH, el 88 por ciento estaban tomando al menos un medicamento diferente a los antirretrovirales y el 66 por ciento cumplía criterios de estar recibiendo polifarmacia.
Se comprobó que el 37 por ciento de los adultos mayores con VIH estaban recibiendo al menos un medicamento potencialmente inapropiado; circunstancia que fue más frecuente en mujeres y en aquellos sometidos a polifarmacia. Los medicamentos potencialmente inadecuados prescritos con más frecuencia eran medicamentos para el sistema nervioso, para el sistema musculoesquelético, medicamentos gastrointestinales y del metabolismo y medicamentos cardiovasculares. Cinco medicamentos representaron el 85 por ciento de toda la medicación potencialmente inadecuada: lorazepam, ibuprofeno, diazepam, metoclopramida y zolpidem.
"Los resultados de este estudio muestran que la prescripción de medicamentos potencialmente inapropiados es frecuente en los adultos mayores con infección por VIH. Es importante mencionar que los adultos mayores tienen una mayor sensibilidad a las benzodiacepinas y que por los general, todas ellas aumentan el riesgo de deterioro cognitivo, delirio, caídas, fracturas y accidentes automovilísticos en este grupo de población. Con respecto a los antiinflamatorios no esteroideos, su uso en adultos mayores conlleva por un lado mayor riesgo de hemorragia gastrointestinal y úlcera péptica y por otro mayor riesgo de daño renal y de incremento de la presión arterial", concluyen los autores.