MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las personas mayores de 65 años que sufren una enfermedad neurodegenerativa, sobrepeso, enfermedades crónicas o están en tratamiento con fármacos que favorecen la deshidratación, son los más vulnerables a sufrir un golpe de calor, según ha explicado el doctor Francisco Tarazona Santabalbina, Vocal Clínico de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Esto ocurre porque las personas mayores presentan alteraciones del centro termorregulador, lo que produce una menor sensación de calor que no activa la necesidad de protegerse ante el mismo. Además, hay que tener en cuenta la alta tasa de personas mayores que se encuentran en situación de discapacidad y dependencia física, lo que dificulta el cambio de vestimenta y la adaptación al entorno.
En este sentido, la SEGG ha explicado los efectos que puede tener una ola de calor. Cuando la temperatura corporal sobrepasa los 41 grados está teniendo lugar una hipertermia, que altera los mecanismos de regulación térmica del organismo ocasionando un golpe de calor. Entre los principales síntomas de esta afección se encuentran el dolor de cabeza, la sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares, desorientación, pérdida de conciencia, cuadros de confusión y ausencia de sudoración. De este modo, puede tener lugar una "importante" pérdida de líquidos que afecta a varios órganos del cuerpo y que, si no se reemplazada, inicia un proceso de deshidratación.
"En caso de que el proceso progrese, se puede llegar a una situación de shock hipovolémico en el que se produce un fallo de los distintos órganos y sistemas, observándose en los casos más graves episodios de convulsiones y una disminución del nivel de conciencia que puede provocar el coma", ha destacado el experto.
CONSEJOS PARA PREVENIR UN GOLPE DE CALOR EN PERSONAS MAYORES
Para evitar estos problemas en las personas mayores, la SEGG ha aconsejado mantener un buen aporte de líquidos y consumir de manera frecuente agua, infusiones y zumos de frutas. Asimismo, los expertos han apuntado evitar el consumo de bebidas alcohólicas. Otro factor importante es la alimentación, que se recomienda que sea ligera.
Asimismo, hay que evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, especialmente en el medio día; no realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor; mantener la casa fresca y ventilada, y no permanecer en vehículos estacionados o cerrados. Respecto a la vestimenta, desde la SEGG han aconsejado no llevar ropa ajustada, utilizar tejidos ligeros como el algodón y recurrir a colores claros. Además, es recomendable el uso de sobreros o gorras.