MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
Más de la mitad de los mayores de 65 años había padecido gripe al final de año, con un reparto del 55,8 por ciento en hombres y del 52,6 por ciento en mujeres, y muchos de ellos "decidieron combatirla, erróneamente", con antibióticos, según muestran los datos de un estudio realizado por Sanitas.
En concreto, el estudio, que se ha realizado a 240 pacientes, pone en relieve que el 30 por ciento de los mayores de 75 años se automedican, bien con fármacos (22,9%) o con productos de herboristería (el 15,4%).
Entre los fármacos, los analgésicos y aquellos indicados para el resfriado eran los más comunes, lo que representa el 30,9 por ciento y el 27,2, respectivamente.
"El uso de antibióticos para tratar la gripe es una de las mayores confusiones en torno a esta afección vírica. Al tratarse de una infección en la que el paciente padece fiebre alta, dolor de cabeza, malestar general y dolor muscular y articular, se ha vuelto habitual en muchos casos la toma de antibióticos. Sin embargo, es un grave error", ha advertido Conchita García, doctora de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores.
Asimismo, ha explicado que "la toma de antibióticos está indicada para el tratamiento de infecciones producidas por bacterias. Tomarlos cuando se padece una gripe no solo no va a curarla sino que puede crear en el paciente una resistencia al medicamento que lo volverá ineficaz cuando realmente lo necesite".
Además de este, la toma continuada de antibióticos puede conllevar otros efectos nocivos, especialmente en mayores, como la destrucción de las bacterias normales que viven en el organismo, lo que puede producir náuseas, diarrea y candidiasis vaginal; el aumento del riesgo de sufrir reacciones alérgicas o incluso el enmascaramiento de otro tipo de dolencias, según la experta.
VACUNA, MEJOR MÉTODO DE PREVENCIÓN
Desde Sanitas afirman que "si bien no hay una receta infalible para curar la gripe", es posible reducir sus síntomas más agudos, como la fiebre o el dolor de cabeza, con analgésicos o fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE), "teniendo siempre presente que el mayor beneficio está en su prevención".
"La mejor manera de prevenir la gripe estacional es la vacuna anual contra ella. Esta vacuna reduce la hospitalización en una horquilla de entre el 50 y el 70 por ciento, la neumonía en un 60 y la muerte en un 85", afirma Conchita García.
Además, la doctora ha alertado que "es muy importante tener en cuenta que los virus de influencia estacional cambian cada año, por lo que es necesario que los mayores se vacunen anualmente. En 2016, el 8 de cada 10 de los pacientes mayores diagnosticados de gripe no estaban vacunados".
Otros consejos, de la especialista, para reducir el riesgo de transmisión, además de la vacunación en mayores, pasan por evitar el contacto cercano con personas contaminadas (al menos 2 metros); evitar el contacto directo de las manos con los ojos y boca antes de lavarlos; lavar las manos frecuentemente con agua y jabón (o una solución alcohólica apropiada); y evitar permanecer en ambientes con poca circulación de aire y con presencia de muchas personas.