Las personas jubiladas presentan más síntomas depresivos y la situación empeora si beben alcohol en exceso

Archivo - Persona mayor triste y pensativa. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / MLADEN MITRINOVIC

MADRID 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

Expertos de la Universidad Mayor, en Santiago de Chile, y de la Universidad Simmons, en Boston (EEUU), han examinado la relación entre la jubilación, la depresión y el consumo de alcohol y han concluido que las personas jubiladas presentan más síntomas depresivos que las que continúan trabajando, y que esta situación empeora si consumen alcohol en exceso.

El estudio, publicado en 'Aging and Mental Health', se ha encargado de monitorear durante 14 años a más de 27.500 hombres y mujeres de más de 50 años residentes en Estados Unidos, entre los que había participantes jubilados y otros con una jubilación parcial, y a los que se sometió cada dos años a un cuestionario sobre sus vidas.

Para medir la depresión, se incluyeron preguntas como si se habían sentido tristes durante la última semana o si todo había supuesto un esfuerzo. A su vez, para determinar la influencia del alcohol, se les preguntó si lo consumían, y en caso afirmativo, cuántas bebidas solían tomar cuando lo hacían.

A partir de esto, se determinó que los participantes tenían 1,4 de ocho síntomas posibles de depresión, y los jubilados mostraban de media 0,04 síntomas más que aquellos que todavía estaban trabajando.

Respecto al impacto del alcohol en la depresión, se observó que los jubilados que decían beber en exceso, lo que implicaba cuatro o más bebidas diarias entre las mujeres y cinco o más entre los hombres, tenían de media 0,07 síntomas de depresión más que los no bebedores.

Sin embargo, destaca que aquellos que bebían con moderación, es decir, de una a tres bebidas al día para las mujeres y de una a cuatro para los hombres, tenían 0,09 menos síntomas que los abstemios. Los investigadores han relacionado este resultado con la capacidad del alcohol para mejorar el estado de ánimo a través de la socialización.

En este punto, los autores del estudio han asegurado que no defienden el consumo de una copa o dos con regularidad para adaptarse a la jubilación. "Beber alcohol aumenta el riesgo de caídas y otras lesiones y puede provocar dependencia, y la mala salud que suele acompañarla", ha aseverado Antonia Díaz-Valdés, de la Universidad Mayor de Santiago de Chile.

Así, los expertos han recomendado a las autoridades políticas que ofrezcan mecanismos de apoyo a las personas durante su transición a la jubilación para evitar que recurran al consumo excesivo de alcohol y ayudarles a adaptarse al cambio.

"No hay duda de que adaptarse a la jubilación puede ser difícil para algunas personas, pero recurrir al alcohol no es la respuesta. Debemos encontrar y ofrecer alternativas más saludables", ha subrayado Díaz-Valdés.