MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
La pérdida de memoria relacionada con la edad suele ser una parte natural del envejecimiento, aunque puede ser más pronunciada debido a factores como el desgaste neuronal, la reducción en la conectividad cerebral y la acumulación de toxinas en el cerebro.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) informan de que han encontrado una solución a la pérdida de la capacidad de depurar desechos del cerebro ante el envejecimiento; la clave está en actuar sobre la red de vasos sanguíneos que drenan los desechos del cerebro.
MEJORAR LOS VASOS SANGUÍNEOS PODRÍA RESTAURAR LA MEMORIA
En concreto, en un nuevo artículo en 'Cell' han demostrado que rejuvenecer estos vasos mejora la memoria en ratones ancianos. De esta forma, el trabajo sienta las bases para desarrollar terapias para el deterioro cognitivo relacionado con la edad que superen los desafíos que enfrentan los medicamentos convencionales que tienen dificultades para atravesar la barrera hematoencefálica para llegar al cerebro.
"La barrera hematoencefálica física dificulta la eficacia de las terapias para trastornos neurológicos", expone Jonathan Kipnis, profesor de Patología e Inmunología e Investigador del BJC en WashU Medicine. "Al actuar sobre una red de vasos sanguíneos extraencefálicos, crucial para la salud cerebral, observamos mejoras cognitivas en ratones, lo que abre la puerta al desarrollo de terapias más potentes para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo".
Kipnis es experto en el floreciente campo de la neuroinmunología, el estudio de cómo el sistema inmunitario afecta al cerebro tanto en la salud como en la enfermedad. Hace una década, su laboratorio descubrió una red de vasos que rodea el cerebro -conocidos como vasos linfáticos meníngeos- en ratones y humanos, que drena líquidos y desechos hacia los ganglios linfáticos, donde residen numerosas células del sistema inmunitario y que monitorean la presencia de signos de infección, enfermedad o lesión.
MEJORÓ LA FUNCIÓN DE LOS VASOS LINFÁTICOS EN RATONES ANCIANOS
Él y su equipo también han demostrado que algunas terapias en investigación para el Alzheimer son más eficaces en ratones cuando se combinan con un tratamiento que mejora el drenaje de líquidos y desechos del cerebro.
Para evaluar la memoria de los ratones, los investigadores colocaron dos bastoncillos negros idénticos en la jaula durante veinte minutos para que los ratones viejos los exploraran. Al día siguiente, los ratones recibieron de nuevo uno de los bastoncillos negros y un nuevo objeto: un prisma rectangular plateado. Los ratones que recuerdan haber jugado con el bastoncillo negro pasarán más tiempo con el nuevo objeto. Sin embargo, los ratones viejos pasan un tiempo similar jugando con ambos objetos.
El equipo de investigadores mejoró la función de los vasos linfáticos en ratones ancianos con un tratamiento que estimula su crecimiento, lo que permite drenar más desechos del cerebro. Descubrió que los ratones mayores con vasos linfáticos rejuvenecidos pasaban más tiempo con el nuevo objeto (un indicador de una mejor memoria) en comparación con los ratones mayores que no recibieron el tratamiento.
Cuando el sistema linfático está tan deteriorado que se acumulan desechos en el cerebro, la carga de la limpieza recae en las células inmunitarias residentes del cerebro, llamadas microglía. Pero este equipo de limpieza local no logra mantener el orden y se agota, explica Kipnis.
El nuevo estudio descubrió que las células sobrecargadas producen una señal de socorro, una proteína inmunitaria llamada interleucina 6 o IL-6, que actúa sobre las neuronas para promover el deterioro cognitivo en ratones con vasos linfáticos dañados. Al examinar los cerebros de estos ratones, los investigadores descubrieron que las neuronas presentaban un desequilibrio en los tipos de señales que recibían de las neuronas circundantes.
CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA CEREBRAL
En particular, recibían menos señales que funcionan como auriculares con cancelación de ruido en medio de la cacofonía de comunicaciones neuronales. Este desequilibrio, causado por el aumento de los niveles de IL-6 en el cerebro, provocó cambios en la estructura cerebral y afectó su correcto funcionamiento.
Además de mejorar la memoria en los ratones ancianos, el tratamiento de estimulación de los vasos linfáticos también provocó una disminución de los niveles de IL-6, restaurando así el sistema de cancelación de ruido del cerebro. Los hallazgos apuntan al potencial de mejorar la salud de los vasos linfáticos cerebrales para preservar o restaurar las capacidades cognitivas.
"Al conmemorar el décimo aniversario de nuestro descubrimiento del sistema linfático cerebral, estos nuevos hallazgos nos permiten comprender mejor la importancia de este sistema para la salud cerebral", finaliza Kipnis. "Abordar los vasos linfáticos más accesibles que se encuentran fuera del cerebro podría representar una nueva y emocionante frontera en el tratamiento de trastornos cerebrales. Quizás no podamos revitalizar las neuronas, pero sí asegurar su funcionamiento óptimo mediante la modulación de los vasos linfáticos meníngeos".
